La Haya, 23 mar (.).- El presidente del Banco Central Neerlandés (DNB), Klaas Knot, aseguró este jueves que la salud bancaria está en "buena forma" en Europa, aunque la incertidumbre "sigue siendo alta" en Países Bajos, y aseguró que la caída de las entidades financieras regionales estadounidenses y del suizo Credit Suisse (SIX:CSGN) son un "caso aislado".
Durante la presentación del informe anual 2022 de DNB, Knot subrayó que "a pesar de las conmociones de los últimos años, la economía neerlandesa y el sector financiero neerlandés están en buena forma".
Aseguró que los bancos centrales deben "mantener el rumbo" para hacer frente a los desafíos económicos del futuro y la incertidumbre, que "sigue siendo alta".
"Esto se ha convertido en una mala época del año. Hace tres años, hicimos esta rueda de prensa de forma remota por primera vez en la historia por la pandemia de coronavirus. Hace un año, Rusia violó el estado de derecho internacional al invadir Ucrania. Y ahora los mercados financieros se tambalean nuevamente debido a los problemas en los bancos de Estados Unidos y Suiza, problemas que, por cierto, son en gran parte casos aislados", señaló.
El DNB sufrió una pérdida de casi 500 millones de euros el año pasado debido a la fuerte subida de los tipos de interés, la primera pérdida en más de noventa años, y se espera pérdidas significativas para los próximos años, puesto que la entidad no prevé obtener beneficios hasta 2028, un escenario sobre el que Knot advirtió en septiembre pasado.
Las pérdidas pronosticadas acabarán con las reservas de capital, pero descartan una necesidad de inyección de fondos estatales.
Según su descripción, la economía de Países Bajos creció un 4,5 % el año pasado, tras un "aumento saludable" del 4,9 % en 2021, lo que también se reflejó en el desempleo, que fue del 3,5 % en 2022, ante un mercado laboral "más ajustado que nunca" por la alta oferta de empleo frente a una baja demanda de trabajo.
"La pandemia y la guerra provocaron un aumento de los precios de la energía y los alimentos, mientras que la economía en auge, impulsada por políticas de apoyo del gobierno, impulsó la inflación. Como resultado, la inflación en Países Bajos fue del 11,6% el año pasado. Y cuando uno tiene dificultades para pagar sus compras, realmente no importa cuán optimista sea el panorama macroeconómico: los tiempos son difíciles para muchos", admitió.
Knot consideró que las futuras medidas de apoyo a la población deben estar dirigidas a los "más afectados y mantenerse dentro de las reglas fiscales" y estas "no deben quitar los incentivos para luchar por una mayor sostenibilidad".
El presidente del DNB consideró que, si bien la economía neerlandesa "ha demostrado ser más sólida y resistente de lo que muchos pensaban, aún queda mucho por hacer".
Reconoció además que "la tormenta aún no ha amainado y todavía hay relativamente muchas incertidumbres", como las tasas de interés en rápido aumento, la guerra rusa en Ucrania y los altos niveles de deuda acumulados por gobiernos y empresas de todo el mundo durante y tras la pandemia.