París, 13 sep (.).- Chile es el país de la OCDE en el que el impuesto de sociedades más contribuye al total de los ingresos fiscales, un 24,3 % del total con datos de 2020, seguido de Colombia (23 %) y México (20,1 %).
Son los únicos miembros en los que el impuesto de sociedades (que grava los beneficios de las empresas) representan más del 20 % del total de los ingresos fiscales, indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe anual sobre reformas fiscales publicado este miércoles.
El peso relativo de la fiscalidad sobre las empresas es muy variable entre los países de la organización, teniendo en cuenta que supone menos del 5 % en Estonia (4,9 %), Estados Unidos (4,9 %), Italia (4,8 %), Alemania (4,3 %), Hungría (3,6 %), Grecia (3,1 %) y Lituania (2,3 %).
Los autores del informe señalan que hay diversos factores que explican esas diferencias, como el tipo impositivo que aplican los países, la amplitud de la base impositiva, el grado de integración de las empresas o la fase del ciclo económico (cuando la situación es mala, las empresas tienen menos beneficios y automáticamente pagan menos dinero).
Otro elemento explicativo importante es que en los países latinoamericanos otros impuestos suponen una parte mucho menos importante de la recaudación, en particular el impuesto sobre la renta o las cotizaciones a la Seguridad Social.
Además, hay que tener en cuenta que el peso relativo de la fiscalidad en términos de producto interior bruto (PIB) en esos países latinoamericanos es de los más bajos de la OCDE, muy por debajo del 34,1 % de media en el conjunto de la organización en 2021.
De hecho, México era ese año con diferencia el que presentaba la fiscalidad más reducida de todos, con un 16,7 %, inferior al 17,8 % de 2020.
En Colombia el porcentaje era del 19,5 % del PIB en 2021, siete décimas más que el año anterior; en Chile era del 22,2 % (2,8 puntos más) y en Costa Rica del 24,2 % (1,5 puntos más).
Al margen de los cuatro países latinoamericanos, sólo había dos más que no llegaban al umbral del 25 %: Irlanda, con un 21,1 % del PIB y Turquía con un 22,8 %.