El gobierno chino añadió que podría adoptar represalias si resulta perjudicada. Es la respuesta desde Pekín al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump después de que dijera que iba a aplicar una sobretasa del 10% a 270 mil millones de euros de importaciones chinas desde el mes que viene.
La portvoz del Ministerio de asuntos Exteiores de China, Hua Chunying argumentó: China siempre ha creído que en una guerra comercia no hay ganadores. No queremos pelear en una guerra comercial, pero no tenemos miedo hacerlo. China no aceptará ninguna presión, intimidación o chantaje".
El anuncio de Trump se produjo después de que se estancara la última ronda de conversaciones bilaterales. Los nuevos aranceles, que entrarán en vigor el 1 de septiembre, gravan la totalidad de las importaciones chinas a los Estados Unidos.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump declaró: "El presidente Xi, que es alguien que me gusta mucho, creo que quiere hacer un trato, pero, francamente, no va lo suficientemente rápido. Dijo que iba a comprar a nuestros agricultores, no hizo eso. Dijo que iba a evitar que el fentanilo entrara a nuestro país. Todo eso está saliendo de China. Y tampoco lo hizo. Estamos perdiendo miles de personas por culpa del fentanilo y ya es hora de pararlo".
La agencia de valoración de riesgo Moody's dijo que los nuevos aranceles lastrarían la economía global en un momento de decrecimiento que ya desacelera en Estados Unidos, China y la zona euro.
Los importadores suelen cargar los costos de los aranceles a los clientes aumentando sus precios. Los nuevos gravámenes afectarán a una amplia gama de bienes de consumo, desde teléfonos móviles hasta ordenadores, pasando por juguetes y calzado.