Por Laura Sánchez
Investing.com - Las subidas de tipos de interés de los últimos doce meses empiezan a surtir efecto. Pero, además de la inflación y el empleo, ahora los bancos centrales también tienen que tener en cuenta la estabilidad del sistema financiero. Así explica Thomas Bollinger, estratega de inversión senior en J. Safra Sarasin Sustainable AM, el actual escenario financiero.
"Frente a los acontecimientos de marzo y el notable aumento de la volatilidad, los movimientos de los mercados se han mantenido relativamente moderados a lo largo del mes. Los mercados mundiales de renta variable han subido ligeramente, siendo EE.UU. el que mejor se ha comportado y Gran Bretaña el que peor", apunta Bollinger.
Según explica este analista, los bancos centrales reafirmaron una vez más su política monetaria restrictiva, lo que se reflejó en la subida de los tipos de interés. A continuación, los diversos acontecimientos en el sector bancario provocaron una fuerte demanda de bonos de alta calidad e hicieron que los tipos de interés bajaran significativamente en la segunda mitad del mes. En consecuencia, los inversores en deuda pública y corporativa de alta calidad crediticia obtuvieron rendimientos positivos. Los bonos de mercados emergentes y los bonos de high yield estadounidenses también obtuvieron rentabilidades positivas.
Medidas de estabilidad financiera
Los bancos centrales empezaron a subir los tipos de interés la primavera pasada para combatir las elevadas tasas de inflación. Aunque las medidas adoptadas en materia de tipos de interés repercuten rápidamente en el mercado monetario, hay un desfase importante -que se estima en torno a un año- antes de que los efectos del endurecimiento monetario lleguen a la economía en general. Durante este periodo, se retira cierta liquidez del sistema bancario, lo que equivale a menos depósitos bancarios y menos préstamos concedidos, que a su vez también se encarecen. Todo ello frena la demanda agregada, lo que en última instancia conduce a la deseada reducción de la inflación. En el mejor de los casos, al final de este ciclo de política monetaria se restablece la estabilidad de precios sin provocar una recesión ni un aumento del desempleo, señala Bollinger.
Los problemas que han surgido en el sector bancario son consecuencia del endurecimiento de la política monetaria. Debido a la rápida subida de los tipos de interés, los bancos han sufrido en algunos casos elevadas pérdidas por el precio de los bonos del Estado que poseen en 2022, afirma.
"También hay que tener en cuenta que el desempleo, por su parte, va a la zaga del desarrollo económico y es probable que también influya en la actuación de las autoridades monetarias en el segundo semestre del año. Los bancos centrales, sobre todo la Fed, se enfrentan así a un trilema de política monetaria y deberán sopesar cuidadosamente sus próximas medidas y su comunicación en los próximos tiempos", señala este experto.
Alta volatilidad
"La incertidumbre sobre la evolución futura de la política monetaria se reflejó en movimientos inusualmente amplios de los tipos de interés. Mientras tanto, el tipo de interés estadounidense a 2 años, indicador de la política monetaria a medio plazo de la Reserva Federal, ha caído más de 100 pb", señala Bollinger.
"A raíz de estos acontecimientos, los inversores han huido hacia los bonos de alta calidad. Como consecuencia, los diferenciales de crédito, especialmente los de los bonos de high yield, también han subido", añade.
Posicionamiento cauteloso
Según explica este experto, la amplitud y la rapidez de los movimientos de los tipos de interés y los acontecimientos en el sector bancario invitan a la prudencia y subrayan la importancia de un posicionamiento defensivo. En marzo redujimos ligeramente la asignación a renta variable y, a su vez, volvimos a aumentar la posición de efectivo. Nuestra asignación a la renta fija sigue siendo neutra, mientras que mantenemos nuestra sobreponderación en inversiones alternativas.
"Dentro de las clases de activos, preferimos la alta calidad. En el caso de la renta variable, esto significa empresas con un endeudamiento relativamente bajo y beneficios estables. No tenemos preferencias regionales dentro de los mercados desarrollados, pero seguimos manteniendo una sobreponderación relativa en los mercados emergentes, que ofrecen perspectivas de crecimiento más atractivas. En renta fija, buscamos deuda de buena calidad y, por tanto, preferimos bonos del Estado y bonos corporativos con una elevada calificación crediticia, así como bonos ligados a la inflación, frente a bonos de high yield y de mercados emergentes. Dentro de las inversiones alternativas, favorecemos los bonos catástrofe y el oro", concluye Bollinger.