Madrid, 17 may (.).- Las prestaciones sociales -tanto en especie, como la sanidad, como monetarias, como las pensiones- suponían casi un 89 % de la renta bruta de los hogares en riesgo de pobreza en 2018, según un estudio publicado este martes por Fedea.
El documento "¿Cómo afectan los impuestos y las prestaciones públicas a los hogares en riesgo de pobreza?" explora los datos del observatorio sobre el reparto de impuestos y prestaciones en los hogares españoles, también publicado por Fedea.
Entre sus conclusiones, figura que para los hogares por debajo del umbral de pobreza, las prestaciones en especie suponían el 47,6 % de su renta bruta y las monetarias -como jubilación o prestaciones de desempleo-, un 41,2 %, muy por encima del 10,9 % y el 22,7 %, respectivamente, del resto de hogares.
Los hogares en riesgo de pobreza dedicaron en 2018 un 38,3 % de su renta al pago de impuestos, algo más que el resto de hogares (35,4 %), aunque su composición es distinta, ya que los tributos indirectos supusieron el 41,3 % del total para los hogares en riesgo de pobreza, el doble que para el resto (20,8 %).
En cualquier caso, el saldo de la intervención pública -prestaciones recibidas menos impuestos abonados- fue positivo por un importe equivalente al 50,5 % de la renta bruta de los hogares en riesgo de pobreza, cuando para el resto fue un 1,8 % negativo.
Según Fedea, los hogares en riesgo de pobreza que más se beneficiaron de la intervención pública fueron los sustentados por un pensionista y los menos, los sustentados por un autónomo.