Washington, 22 dic (EFE).- El Congreso de EE.UU. comienza el receso navideño hoy con la frustración de no haber aprobado un plan para evitar el "abismo fiscal", que conllevará una subida sistemática de impuestos a principios de 2013, si republicanos y demócratas no logran un acuerdo antes de que acabe el año.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, señaló este sábado en el discurso semanal de su partido que la propuesta del mandatario, Barack Obama, de subir los impuestos a las rentas más altas para compensar el déficit no será la solución.
"La solución del presidente de elevar las tasas de impuestos seguirá dejando en números rojos" en las arcas públicas, aseguró Boehner, quien dijo que esta propuesta afectará a los empleos "en un momento en el que demasiados de nuestros ciudadanos tienen dificultades para encontrarlos".
Boehner, que esta semana sufrió un duro revés en la Cámara al no tener los apoyos suficientes de su propio partido para votar el plan que ofreció, indicó que lo que ha ofrecido Obama hasta ahora "simplemente no resolverá nuestros problemas de gastos y llevará a nuestra nación a una deuda catastrófica".
La expiración de la exención impositiva que caduca a finales de año para la mayoría de los estadounidenses es el principal escollo de la negociación, ya que Obama plantea que se prorrogue para la clase media, pero no para los hogares que ingresan más de 400.000 dólares.
Bohener ha acusado a Obama de querer "más gasto y más subidas de impuestos que afectarán nuestra economía" y de negarse a "desafiar a los miembros de su partido para tratar con honestidad" el problema.
El llamado "plan B" asumía la subida de impuestos para los hogares con ingresos anuales de más de un millón de dólares, e instaba a negociar un acuerdo más amplio durante 2013 para reducir el abultado déficit presupuestario del país.
Sin embargo, el ala más conservadora de su partido se opone a cualquier subida de impuestos, incluida para las rentas más altas, con el argumento de que daña la inversión privada.
El presidente Obama antes de iniciar sus vacaciones de Navidad en Hawai instó el viernes en una rueda de prensa a todas las partes a ceder porque "nadie consigue el 100 por ciento de lo que quiere" y a reflexionar estos días de receso para reanudar las negociaciones a partir del próximo 27 de diciembre ante de que el tiempo se agote.
En estos momentos se han bajado las expectativas de que pueda lograrse un gran acuerdo, así que la Casa Blanca está dispuesta a asumir un acuerdo menos ambicioso y está centrada en que se extiendan los recortes de impuestos a las rentas inferiores a los 250.000 dólares.
Ambos parecen coincidir en un ahorro de en torno a los 2 billones de dólares en la próxima década, aunque los republicanos quieren que sea mitad en ingresos y mitad en gastos, mientras que Obama opta por que el porcentaje de ingresos sea mayor que el de los recortes: en torno a 1,4 billones de ingresos y 750.000 millones en gastos.
"Sigo estando preparado para aprobar un paquete integral", dijo Obama pero señaló que "como mínimo deberíamos aprobar en lo que ya estamos de acuerdo.
"Todos nosotros estamos de acuerdo en que los impuestos no deben aumentarse para el otro 98 por ciento de estadounidenses, lo cual incluye el 97 por ciento de los pequeños empresarios", explicó.
Obama pidió al Congreso que centre en un plan que evite el aumento de impuestos a la clase media, proteja el seguro de desempleo para 2 millones de estadounidenses y siente las bases para el crecimiento y la reducción del déficit.
"Llámenme un optimista desesperado, pero todavía creo posible alcanzar un acuerdo", subrayó.
De no llegar a un acuerdo antes de fin de año, los impuestos aumentarán para todos los estadounidenses y se calcula que las familias de clase media afrontarían un aumento promedio de impuestos de 2.200 dólares anuales. EFE