HSBC ha hecho una previsión optimista para las economías de Filipinas y Malasia en 2024, citando el fuerte consumo interno y la inversión como motores clave. El banco espera que la economía filipina crezca un 5,4% y que el PIB malayo aumente un 4,5%. Este crecimiento se apoya en las favorables condiciones del mercado laboral en ambos países, que contribuyen a su fortaleza económica.
La inflación sigue siendo motivo de preocupación, sobre todo por el aumento del coste de los alimentos, y está condicionando las políticas de los bancos centrales de la región. En principio, los bancos centrales prevén mantener los tipos de interés, con posibles reducciones a lo largo del año. También se prevé una estabilidad monetaria, con el peso filipino en 55,2 frente al dólar y el ringgit malasio en 4,55 frente al dólar a finales de año.
Se espera que las tendencias de desinflación en Asia se alineen con los objetivos de los bancos centrales, lo que podría llevar a recortes de los tipos de interés en países como China. Se prevé que este escenario sea favorable para los mercados de renta fija de la región. Como reflejo de esta perspectiva, la estrategia de inversión de HSBC favorece los bonos, con una posición sobreponderada recomendada en bonos del Tesoro de EE.UU. y bonos globales con grado de inversión.
Además, HSBC anticipa que los recortes de tipos previstos por la Reserva Federal a partir de junio de 2024 mejorarán el sentimiento inversor mundial, lo que debería tener efectos positivos tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija. La recuperación del sector mundial de la electrónica, junto con la reanudación del turismo internacional, son factores adicionales que se espera que apoyen la expansión económica de Malasia.
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