Bruselas, 26 oct (.).- La Junta Fiscal Europea urgió este miércoles a la Comisión Europea (CE) y a los socios del bloque a reformar las reglas que limitan los niveles de déficit y deuda públicos antes de que llegue la Primavera, de forma que estén listas para aplicarlas en el ejercicio fiscal de 2024.
En su informe anual, este consejo asesor recomienda que "al menos la primera etapa de una revisión completa de la gobernanza económica sea terminada a tiempo para el semestre europeo de 2024, que empieza en la primavera de 2023".
La Junta Fiscal Europea califica como "primera etapa" de la actualización a la simplificación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), cuya actualización fue lanzada por Bruselas antes de la pandemia pero quedó encallada con el estallido de la pandemia y después de la guerra en Ucrania.
Las reglas fiscales quedaron suspendidas en marzo de 2020 y la Junta Fiscal Europea reconoce su "preocupación" por el hecho de que se haya "propagado" la impresión de que han quedado definitivamente aparcadas, algo que "dificultaría aún más la vuelta a una gobernanza basada en normas".
"Posponer una reforma amplia de la gobernanza económica sería un error. La Junta Fiscal Europea piensa que la tarea de reformar (las reglas) es urgente", expresa el organismo en su informe anual, publicado este miércoles.
La Comisión Europea tiene previsto desvelar el 9 de noviembre un nuevo documento de reflexión para relanzar un debate que no acaba de despegar por las discrepancias entre Norte y Sur del bloque -acreedores y deudores - a pesar de los intentos de desbloquear la situación, como por ejemplo la posición conjunta de España y Países Bajos que rompió los bloques tradicionales en estas negociaciones.
Así, la Junta Fiscal Europea defiende la necesidad de mantener el objetivo de reducir la deuda por debajo del 60 % del PIB en horizonte temporal de 3 a 5 años, manteniendo un enfoque de "diferenciación nacional" que tenga en cuenta las circunstancias de cada país.
"El pragmatismo sugiere mantener la referencia del 60 % del PIB como un indicador lejano para los países más endeudados", subraya este comité de expertos, para quienes el incumplimiento de las metas en el periodo establecido "activaría un expediente por déficit excesivo".
La Junta Fiscal Europea también cree "aconsejable" usar un indicador del crecimiento del gasto público para guiar la trayectoria de reducción de deuda en los países endeudados, dado que este dato es "particularmente alto" en dichos Estados miembros.
El organismo acompaña estas ideas con otra a favor de descentralizar cierto grado de vigilancia fiscal en favor de las autoridades nacionales relevantes, que usarían unos "estándares básicos" y aplicarían una serie de "flexibilidades".
No obstante, los expertos piden que este cambio hacia una mayor "responsabilidad nacional" no se vea como una "panacea" y añaden que se debe aplicar "una vigilancia a nivel de la Unión Europea (UE) más dura en casos en los que exista riesgo para la estabilidad financiera de la eurozona, con el foco puesto en la prevención y corrección de errores flagrantes".
Este enfoque, explican, "facilitaría encontrar una coalición (de países) que apoyen una posición más dura contra esos errores". El ejemplo "más claro" para la Junta Fiscal es la presión que muchos Estados miembros ejercieron sobre Italia en 2019, cuando se negó a revisar su proyecto presupuestario, como había exigido Bruselas.
En cualquier caso, la Junta Fiscal de la UE subraya que la reforma del PEC no es suficiente para completar una revisión más amplia de la gobernanza económica de la UE, que necesitaría también la puesta en marcha de una "capacidad fiscal central" que sirva de estabilizador en momentos de crisis y más recursos que invertir en "bienes comunes", como defensa y seguridad, transición ecológica o digitalización.
Según el organismo asesor, una extensión del fondo de recuperación o incluir reglas de oro en las normas fiscales "no son la mejor forma" de afrontar esos dos desafíos y apuestan por un presupuesto de la UE más grande con mayores asignaciones a los países.
En esta línea, ponen como ejemplo el fondo SURE para el empleo diseñado durante la pandemia, un ejemplo de instrumento "temporal" que fortaleció los estabilizadores automáticos a través de créditos a los países sujetos a condiciones.
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