Al experto de Lazard le preocupa que la expectativa cada vez más generalizada de un aterrizaje suave de la economía en EE.UU. pueda ser demasiado optimista. Sitúa la probabilidad de recesión en la primera potencia mundial durante los próximos 18 meses entre el 30% y el 35%, mientras que el riesgo de recesión en la zona euro es del 50%, “suponiendo que la región no esté ya en recesión”. Si se produce, es probable que sea breve y poco profunda; y si se evita, cabe esperar un “crecimiento letárgico” mientras los mercados se adaptan a unos tipos más altos de forma sostenida, afirma.
Pendientes de los datos de inflación, claves para las desiciones sobre los tipos
Temple subraya que los bancos centrales se encuentran en una coyuntura crítica, pendientes de cada informe sobre la inflación, que es fundamental para determinar la orientación de sus políticas futuras. Por eso, los inversores vigilarán los datos de IPC de la zona euro que se conocerán entre el jueves y el viernes, y el índice de Precios del Gasto de Consumo Personal (PCE, por sus siglas en inglés) estadounidense que publicará el último día de la semana.
El BoJ, a contracorriente del resto de las principales economías desarrolladas
Paralelamente, el Banco de Japón (BoJ) es el único banco central de las principales economías desarrolladas que sigue manteniendo una política monetaria expansiva. Así lo certificó el la reunión de la semana pasada. Pero tras una reciente entrevista del gobernador Kazuo Ueda en la que insinuó un posible endurecimiento de la política a principios de 2024, Temple espera ahora que el BoJ inicie un endurecimiento a un ritmo glacial ya en el primer semestre del próximo año, frente a su anterior previsión de que lo haría en el segundo semestre. Este cambio de trayectoria podría poner un suelo bajo el yen japonés, que se ha depreciado casi un 12% frente al dólar estadounidense en lo que va de año.
Una de las principales preocupaciones del estratega de Lazard a medio plazo es cómo reaccionarán los mercados si el BoJ alcanza su objetivo de inflación del 2% de forma sostenida y lo que ello podría significar para los tipos de los bonos del Estado japonés. “Seguramente los inversores exigirían rendimientos superiores al 2%, lo que podría provocar ramificaciones sísmicas para los prestatarios denominados en yenes y los propietarios de bonos existentes emitidos a tipos cercanos a cero”, dice.
Otros factores en el foco de los mercados
La Oficina Nacional de Estadística de China publicará el próximo viernes el índice PMI. “Se espera que tanto el índice manufacturero como el no manufacturero muestren ganancias modestas que podrían indicar que la actividad económica en China ha tocado fondo a corto plazo. Creo que el sentimiento se ha vuelto lo suficientemente negativo como para que podamos ver una inflexión positiva a corto plazo que levante los mercados. Sin embargo, los retos estructurales a los que se enfrenta China son importantes y no se resolverán con las medidas anunciadas hasta la fecha”, comenta Temple.
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