Tres años después del inicio de la pandemia, justo cuando pensábamos que el impacto del COVID-19 estaba disminuyendo, una nueva investigación ha arrojado más luz sobre las repercusiones a largo plazo del virus.
Según un nuevo estudio publicado en JAMA Health Forum, las personas que contrajeron COVID-19 podrían tener un mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos y pulmonares, e incluso un riesgo doble de muerte.
Durante un periodo de seguimiento de 12 meses, el estudio analizó los datos de las reclamaciones de seguros de 13.435 adultos que habían padecido COVID y de 26.870 personas que no tenían el virus. La investigación tuvo en cuenta cualquier afección preexistente antes de que se produjera la infección.
El estudio reveló que el grupo con COVID persistente tenía una tasa de mortalidad más elevada en comparación con el grupo sin COVID. En concreto, el 2,8% de los individuos con COVID prolongado había fallecido, frente a sólo el 1,2% de los que no habían contraído el virus.
El estudio señala además la fatiga, el dolor de cabeza y el trastorno de la atención como los síntomas más comunes experimentados por las personas con COVID larga.
"La principal conclusión es que la COVID prolongada es un problema de salud que debemos seguir estudiando y tomando en serio. Nos preocupó especialmente el elevado riesgo de mortalidad de las personas con COVID prolongada", declaró a Euronews Next (LON:NXT) la Dra. Andrea DeVries, Vicepresidenta de Investigación de Servicios Sanitarios de Elevance Health y autora principal del estudio.
"Según el estudio, las personas diagnosticadas de COVID prolongada tenían más del doble de probabilidades de necesitar atención por eventos cardiovasculares y 3,64 veces más probabilidades de sufrir una embolia pulmonar. Este estudio reveló que la COVID prolongada podría tener efectos duraderos en la calidad de vida", añadió.
Riesgos para la salud con COVID de larga duración
Durante el tiempo que duró la investigación y los científicos estudiaron los resultados, se vió una amplia gama de síntomas duraderos desde el inicio de la pandemia, que van desde dolores de cabeza y problemas respiratorios hasta pérdida de cabello e incluso depresión.**Algunos afectados incluso han declarado no haber recuperado nunca plenamente los sentidos del olfato y el gusto.**Los resultados de los estudios han acentuado aún más los síntomas y descubierto riesgos para la salud aún más peligrosos. Por ejemplo, otro nuevo trabajo de investigación sugiere que contraer el virus también aumenta la propensión a padecer problemas intestinales.
Este estudio se basó en la comparación de los historiales médicos de más de 11,6 millones de personas que padecieron COVID-19 en los últimos tres años y 5,6 millones de personas que no contrajeron la enfermedad en el mismo periodo. El estudio descubrió que contraer COVID-19 puede causar problemas gastrointestinales a largo plazo, como estreñimiento y diarrea. También reveló otros síntomas, como reflujo ácido, hinchazón y dolor de estómago.
Aunque están saliendo a la luz muchas más investigaciones sobre el tema, hasta ahora se había asociado el Covid persistente con más de 200 síntomas y 50 afecciones. Según DeVries, los resultados de la investigación ponen de relieve la necesidad de seguir previniendo las infecciones por COVID-19 y de mejorar el seguimiento sanitario de las personas tras una infección.
"Esperamos que los responsables políticos y de salud pública consideren importantes las conclusiones de este estudio cuando examinen las tendencias recientes en la utilización, el gasto y los resultados de la atención sanitaria. Y, además, que tomen decisiones políticas basadas en esta comprensión informada de los datos", declaró DeVries a Euronews.