Investing.com - En la reunión de política monetaria del Banco de México (Banxico) de septiembre, los integrantes de la Junta de Gobierno coincidieron en que el camino desinflacionario en México aún presenta un panorama complejo, incierto y con más riesgos al alza. Esto obligó a que las autoridades actualizaran sus proyecciones y ahora prevén que el objetivo de inflación del 3% se alcance hasta el primer trimestre de 2025, cuando antes se esperaba en el último trimestre de 2024.
En el comunicado del anuncio, el instituto central no hizo mención que entre los elementos que alimentan la complejidad del panorama se encuentra el Paquete Económico 2024, propuesto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que plantea un déficit histórico para el próximo año. Pero las minutas dadas a conocer este jueves han revelado que este punto hizo ruido en las deliberaciones.
De acuerdo con las actas de la reunión de política monetaria, la mayoría de la Junta destacó que el ajuste en los pronósticos obedece primordialmente a la expectativa de una mayor persistencia en el componente de servicios, debido a la acumulación de costos que aún no han terminado de traspasarse a los precios al consumidor; en tanto que algunos apuntaron que los pronósticos consideran una actividad económica más resiliente.
Pero “uno añadió que a las presiones sobre la inflación subyacente se suman los efectos de un mayor crecimiento económico y un marco fiscal expansivo para 2024 no previsto en las proyecciones anteriores”.
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En las minutas se lee que otro de los miembros expresó que el paquete fiscal puede generar presiones sobre la demanda agregada y añadió que, de no cumplirse el proceso de consolidación fiscal previsto para 2025 ante los retos que ello implica, las consecuencias sobre la dinámica inflacionaria podrían ser aún mayores para ese año, lo que podría llevar a una postura más restrictiva.
“Mencionó que en un escenario de mayores presiones será necesario mantener el nivel de restricción monetaria por un periodo aún más prolongado de lo previsto en la reunión anterior y que hacia delante podría requerirse ampliar dicha postura ya sea de manera activa o pasiva”, consignan las actas de la reunión de política monetaria celebrada el 28 de septiembre pasado.
Más aún, otro integrante de la Junta de Gobierno hizo hincapié en la falta de sincronización entre la política fiscal expansiva propuesta y una política monetaria restrictiva, lo que llamó a poner atención a los efectos del Paquete Económico 2024:
1. Que tengan que compensarse los posibles efectos que este estímulo pudiera tener en las presiones de demanda agregada
2. La posibilidad de que la postura fiscal sea más duradera de lo anticipado, si la reducción del balance proyectado para 2025 no es de la magnitud prevista.
“Opinó que la materialización de estos riesgos podría necesitar de una restricción monetaria por más tiempo. Agregó que el ciclo monetario deberá seguir enfocándose en las presiones internas, primordialmente sobre el 9 componente subyacente, y mantenerse ajeno a cambios en las posturas monetarias de otros países”, se lee en las minutas.
Así, con un panorama más complejo para llevar la inflación al objetivo de 3%, las visiones al interior de la Junta de Gobierno dejan en evidencia la necesidad de que la reducción en las tasas de interés deba ser más gradual de lo esperado anteriormente.