Fatima Zohra Bouaziz
Rabat, 28 sep (.).- El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) prevé un crecimiento moderado del 2,9 % en 2022 para varias economías árabes del norte de África y este del Mediterráneo, debido a la alta inflación causada por la guerra en Ucrania.
En su último informe publicado este miércoles, el BERD, que opera en Europa del Este y Central, Asia Central y África del Norte, mantiene la previsión de caída del 30 % de la economía de Ucrania, mientras que vaticina una bajada del 5 % de la rusa este año, frente al 10 % que predijo en mayo.
En cuanto a los países árabes en los que actúa -Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez-, el BERD, pese a haber revisado ligeramente al alza sus previsiones (0,4 puntos), indica que ese crecimiento sigue lastrado por su alta dependencia de la importación de productos alimentarios y de combustible.
Esto ha hecho que se dispare la inflación este año y ha acarreado presiones sobre las reservas de divisas en estos países. La economista jefa del BERD, Beata Javorcik, destacó en una entrevista con Efe las "altas presiones inflacionistas" que están sufriendo los países de la región.
INCERTIDUMBRE SOBRE EL TRIGO
"Por ejemplo, Egipto está teniendo una inflación de dos dígitos (13,6 % en julio pasado)" pese a beneficiarse en parte de la subida de precios de energía por ser exportador neto del gas natural, señala.
Javorcik atribuye esta situación al aumento de los precios de productos alimentarios y la incertidumbre sobre la producción de trigo en Ucrania el próximo año. Y pese a la actual disminución de los precios de trigo, Javorcik matiza que los mercados esperan una subida de los precios para finales de 2023.
"Esto está relacionado con la incertidumbre sobre el trigo, si Ucrania podrá sembrar y exportar el próximo año; y también con la subida de los precios de fertilizantes que siguen siendo mucho más altos que antes. Son entre un 50 % y un 100 % más altos que en los años anteriores a la guerra", lamenta.
A pesar de las subvenciones decretadas por los gobiernos de estos países a los productos alimentarios y energéticos de primera necesidad, Javorcik advierte de que, si los precios persisten su tendencia al alza, "será cada vez más costoso" para los gobiernos de esta zona.
La inflación -añade la economista- también ha contribuido a elevar los costes de los tipos de interés y ha encarecido la oferta de créditos en los mercados para los países del norte de África y Oriente Medio: Egipto destinó el año pasado un 9 % de su PIB a los servicios de deuda pública.
SE NECESITAN REFORMAS DECISIVAS
A esto se añaden otros factores que pesan sobre las economías de esta región, como la perturbación de las cadenas de suministro en Europa Occidental a causa de la guerra y la interrupción del suministro del gas ruso.
Ello se traducirá, según la economista, en una desaceleración de la demanda de Europa, lo que afectará a las economías más dependientes de las exportaciones, concretamente Marruecos y Túnez.
En 2023, BERD prevé una recuperación económica más fuerte para esta región con un 4,7 % de crecimiento.
Las locomotoras de esta mejora serán, según la analista del BERD, el turismo y la hipótesis de una mejor campaña agrícola (concretamente en Marruecos, azotado por una fuerte sequía este año).
No obstante, el informe del BERD apunta la necesidad de que estos países adopten "reformas decisivas para impulsar el crecimiento del sector privado y acelerar la transición verde" ante la ausencia de "importantes motores de crecimiento" en algunos países de esta zona en la etapa poscovid, además del alto riesgo sobre la seguridad alimentaria y energética.
Por otra parte, el BERD vaticina que el crecimiento en toda su zona de influencia alcanzará 2,3 % en 2022 y 3 % en 2023; y apunta que los precios del gas son 2,5 veces más altos que en 2021, mientras que la inflación ha alcanzado un 16,5 %.
Para Ucrania, el banco no ha cambiado sus pronósticos del pasado mayo, cuando vaticinaba una caída del 30 % de la economía del país europeo en 2022 a causa "de los altos niveles de incertidumbre", y un crecimiento del 8 % en el próximo año.
Mientras, el banco prevé una caída menor de la economía rusa este año (-5 %, frente al -10 % que previó en mayo pasado) y un moderado crecimiento del 3 % en 2023.
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