Norwegian suspenderá, a partir del próximo 15 de septiembre, las seis rutas transatlánticas entre Irlanda y Estados Unidos. Se trata de itinerarios que la aerolínea noruega de bajo coste aerolínea considera que ya no son 'comercialmente viables' y cubiertos con aviones Boeing (NYSE:BA) 737 MAX; un modelo suspendido de vuelo desde mediados de marzo. El veto obligó a Norwegian a dejar en tierra su flota de 18 aviones de este tipo y alquilar aeronaves.
"Creo que mucha gente puede pensar que la compañía aérea usa el problema del Boeing 737 MAX como excusa para justificar su medida. Norwegian se enfrenta a una amplia serie de problemas en los que destacan, sobre todo, una gran cantidad de deudas y un baja rentabilidad", declara Simon Calder, editor de la sección de viajes del periódico The Independent.
El veto al 737 Max también ha tenido un gran impacto en otras compañías aéreas de bajo coste. La islandesa Icelandair rescindió el contrato a 45 pilotos en junio. Ryanair ya ha revelado que le sobran cientos de trabajadores debido al retraso en la entrega de los aviones de Boeing. En TUI Airways estiman que los problemas con el modelo vetado, han supuesto pérdidas de 140 millones de euros. Dinero que las diferentes aerolíneas van a pedir como indemnización al constructor estadounidense.
"Boeing va recibir una gran factura a finales de este verano por los retrasos en la entrega de aviones. Las compañías afectadas esperan que la asuma", añade
El 737 Max fue retirado de los aeropuertos en marzo, tras dos accidentes que dejaron 346 muertos en Etiopía e Indonesia. La inmovilización de casi 400 aviones de este modelo ha tenido un impacto negativo de 4 000 millones de euros en el sector de la aviación.