Más de la mitad de los adolescentes de 15 años han probado el alcohol, al menos una vez, y uno de cada cuatro ha fumado un cigarrillo, según muestran nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Además, uno de cada cinco ha fumado un cigarrillo electrónico en los últimos 30 días, según una encuesta realizada a casi 280.000 adolescentes, de ambos sexos, en Europa, Asia Central y Canadá.
El estudio sobre el comportamiento saludable de los niños en edad escolar, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud, se lleva a cabo en las escuelas cada cuatro años.
"El consumo generalizado de sustancias nocivas entre los adolescentes en muchos países del continente europeo, y más allá, es una grave amenaza para la salud pública", señala el doctor Hans Kluge, director regional de la OMS para Europa, en un comunicado.
"Teniendo en cuenta que el cerebro continúa desarrollándose hasta bien entrada la veintena, los adolescentes deben estar protegidos de los efectos de los productos tóxicos y peligrosos", añade, y señala que la "comercialización dirigida de los productos dañinos, en línea," los normaliza.
El estudio destaca que el consumo de cigarrillos electrónicos ha aumentado en todo el mundo, pero que hay una tendencia notable entre los adolescentes "en gran parte debido a su exposición a ese tipo de ambientes en línea".
El país con el porcentaje más alto de adolescentes que habían probado un cigarrillo electrónico al menos una vez en la vida era Lituania, donde alrededor del 60% de jóvenes de 15 años ya ha fumado un cigarrillo electrónico.
El aumento del consumo de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes ha llevado a varios países a tomar medidas enérgicas contra el denominado vapeo, especialmente los de un único uso. Así, el Reino Unido lo prohibió en enero.
A pesar de este aumento del vapeo, la sustancia más consumida entre los adolescentes de 11, 13 y 15 años es el alcohol, según el estudio: el 57% de los jóvenes de 15 años lo había probado, al menos una vez, y casi el 40% afirma que lo había consumido en el mes anterior a la encuesta.
"A pesar de la disminución del consumo de sustancias, en lo referente al alcohol y el tabaco, en los últimos años, algunos datos sugieren que la pandemia de COVID-19 puede haber provocado un nuevo aumento en el consumo", señala el informe.
La brecha de género se reduce
Históricamente, ha habido más abuso de sustancias entre los menores del sexo masculino. La encuesta ha mostrado una mayor prevalencia del consumo de alcohol y tabaco entre los niños de 11 años, en comparación con las niñas de la misma edad.Sin embargo, a los 13 años, las diferencias de género en relación con el consumo de alcohol y la embriaguez habían disminuido, o habían desaparecido por completo, en varios países y regiones.
Entre los jóvenes de 15 años, es común que las niñas informen de que consumen sustancias con más frecuencia que los niños, siguiendo un patrón descrito por los autores del informe como "similar al que ha ocurrido con el consumo de cigarrillos en las últimas dos décadas".
Sin embargo, el consumo de cannabis ha sido una excepción, ya que más adolescentes del sexo masculino lo han consumido, frente al consumo registrado entre las adolescentes.
¿Qué se puede hacer para mitigar los riesgos?
Aumentar los impuestos sobre productos como el tabaco, el alcohol y los cigarrillos electrónicos es una de las recomendaciones de los autores del informe. Otra medida sugerida es limitar la disponibilidad de sustancias reduciendo los horarios o los lugares de venta, así como imponiendo límites de edad de consumo a los productos.En Europa, los ejemplos más concretos de este tipo de política se encuentran en Finlandia, Suecia y Noruega, países que tienen un monopolio estatal sobre las bebidas alcohólicas por encima de un determinado porcentaje de grados de alcohol.
La Organización Mundial de la Salud también recomienda prohibir todos los agentes aromatizantes en los productos relacionados con el tabaco y en cualquier tipo de publicidad.
El simple hecho de retrasar la edad de consumo de alcohol podría ser beneficioso, ya que los estudios han demostrado que cuanto antes se empieza a beber, mayor es la probabilidad de que se abuse del alcohol en la edad adulta.