Ni la crisis de la carne de caballo ni los brotes de vacas locas.
Un Brexit sin acuerdo con Bruselas podría hacer enfrentarse al Reino Unido a su mayor reto alimentario desde la Segunda Guerra Mundial.
No habrá escasez o hambruna, pero muchos productos frescos podrían quedar fuera de las estanterías de los supermercados británicos durante semanas o meses.
Según la asociación de comercio minorista Food And Drinks Federation (FDF), en la que está integrada por ejemplo Tesco (LON:TSCO), la incertidumbre sobre qué pasará el 31 de octubre hace imposible prepararse para los eventuales problemas.
El Reino Unido incrementa su porcentaje de importación de comida conforme se aproxima el invierno. En Noviembre dichas importaciones llegan al 60%.
Una salida sin acuerdo en Halloween sería una tormenta perfecta.