Sao Paulo, 30 jun (EFE).- La operadora brasileña de telefonía
móvil Vivo reaccionó hoy de forma desigual al veto del Gobierno luso
a la compra de Telefónica de la participación que Portugal Telecom
(PT) posee en esa compañía y mientras los títulos ordinarios
subieron más de un 7%, sus papeles preferenciales cayeron un 1%.
Las acciones preferenciales de la mayor operadora de telefonía
móvil de Brasil no lograron deshacerse al cierre de las pérdidas con
las que abrían la sesión, cuando registraron una caída de hasta el
2,43%, en el índice Ibovespa, el indicador de referencia del mercado
brasileño.
Mientras, los papeles ordinarios de la firma, que son aquellos
con derecho a voto y no se encuentran entre las 65 mayores acciones
del selectivo paulista, subieron un 7,1%.
El Gobierno portugués vetó hoy la venta a Telefónica por 7.150
millones de euros (unos 8.710 millones de dólares) del 30% del
capital de Vivo que PT tiene a través de Brasilcel, la sociedad de
riesgo compartido constituida por las dos empresas ibéricas para sus
activos de telefonía celular en Brasil.
La oferta de Telefónica había sido aceptada por el 73,9% de los
accionistas de la firma lusa en una asamblea celebrada hoy en
Lisboa, pero el Estado portugués usó la "acción de oro" con derechos
especiales que mantiene en Portugal Telecom para rechazar la
operación.
Una fuente de Vivo consultada por Efe declinó hacer comentarios
sobre el veto del Gobierno portugués y aseguró que corresponde a PT
dar una respuesta a la noticia.
Por su parte, Telefónica de España ha ampliado hasta el 16 de
julio el plazo para que Portugal Telecom (PT) acepte su oferta y ha
calificado de "ilegal" el veto del Ejecutivo portugués.
La decisión del Gobierno socialista del primer ministro José
Sócrates causó una gran sorpresa entre los accionistas, dada la
oposición que ha manifestado la Unión Europea a la tenencia de
acciones estatales con derechos especiales y más aún a su
utilización práctica.
Vivo, que lidera el mercado brasileño con 55,5 millones de
clientes, equivalentes a más de una cuarta parte de la población
total del país, nació en abril de 2003, meses después de que la
Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) de Brasil aprobara
la constitución de Brasilcel, con sede en Holanda y controlada en
partes iguales por Telefónica y Portugal Telecom.
Brasilcel, a su vez, tiene el 60% de Vivo, mientras que el resto
del capital está en manos de accionistas minoritarios o se negocia
en las bolsas de Sao Paulo y Nueva York.
Desde su creación, Vivo se ha mantenido como la empresa líder en
Brasil, un atractivo mercado de 190 millones de habitantes en el que
Telefónica y Portugal Telecom ven un futuro promisorio para su
negocio puesto que el total de clientes de la compañía brasileña
puede superar en los próximos años a la población de España y
Portugal juntos.
Según datos de mayo de Anatel, Vivo tiene el 30,25% de los 183,7
millones de líneas móviles del país. EFE