José Álvarez Díaz
Shanghái (China), 20 nov (EFE).- La crisis no está mermando, en
general, las ventas de los principales productos agrícolas
latinoamericanos a China, pero las exportaciones de alimentos a ese
mercado son aún limitadas, en parte porque los distribuidores chinos
ni siquiera tienen aún una imagen de los productos de la región.
China es un país tan gigantesco que los distribuidores locales de
alimentación se reparten el territorio: son pocos y distintos en
cada provincia, por lo que todos los productos del mundo que quieren
entrar en el país acaban llamando a las mismas puertas, y no es
fácil conseguir su atención y llegar a las tiendas.
El desafío de varios países latinoamericanos para aumentar la
presencia de sus alimentos y bebidas en el gigante asiático pasa por
forjarse allí una imagen-país, que haga atractivos sus productos
estrella y les ayude a diversificar sus exportaciones en China, con
las prometedoras espectativas de futuro que despierta.
Así lo explicaron a Efe los representantes de los pabellones de
la región en la feria FHC China 2009, una de las principales citas
del sector alimenticio y de la hostelería de Asia-Pacífico.
"Lo primero que se les viene a la mente (a los distribuidores
chinos) cuando les empezamos a hablar de Brasil es el café", que ni
siquiera está entre las principales exportaciones cariocas a China,
comentó Flávia Furtado, consejera de promoción de negocios agrícolas
del Ministerio de Agricultura brasileño.
El grueso de las exportaciones de su país a China son de soja y,
en cantidades mucho menores, carne, sobre todo de pollo, destacó su
colega Lino Colsera, asesor del mismo ministerio.
Por ese motivo, el Gobierno brasileño está tratando de impulsar y
diversificar sus exportaciones alimenticias a China, fomentando
misiones comerciales específicas desde 2008 y financiando pabellones
nacionales en ferias como FHC, donde acude por primera vez con seis
empresas de pollo, pan y dulces, miel, chocolate, cacao y banana.
"Brasil es un gran exportador de materias primas, pero necesita
empezar a exportar más productos con nichos de mercado de valor
agregado, aquí en China como en otros mercados", destacó Colsera,
aunque China ya es su tercer mayor importador de productos
agrícolas.
Por su parte, Argentina, a pesar de ser otra gran exportadora de
soja a China, comparte el mismo desafío de falta de imagen.
"Todavía hay que trabajarlo", admitió Jorge Tranier, jefe de
financiación del desarrollo empresarial regional del Consejo Federal
de Inversiones, que agrupa a todas las provincias argentinas.
"En las reuniones con distribuidores vimos que el producto
argentino se conoce, sobre todo, el vino, pero todavía no está
posicionado como puede estarlo el de Francia o España", comentó.
Argentina, que acudió a la feria también por primera vez, con una
docena de empresas, presentó, al igual que España (con 69), sobre
todo vino y aceite de oliva, que están empezando a ser productos de
exportación a China también importantes, aunque "no por cantidad
(como la soja) sino por crecimiento".
Entretanto, se mantienen estables sus tradicionales ventas al
país oriental de garras y entresijos de pollo.
Con todo, China es un mercado de "importancia a futuro" para el
aceite de oliva y sobre todo el vino argentino, y aunque es
relativamente pequeño todavía, "da para la participación de todos, y
frente a las ventajas de otros por su cercanía (Australia) o su
calidad (Francia), nosotros tenemos muy buena calidad-precio".
México, que volcó sus esfuerzos en ser país de honor en la SIAL
Shanghái de mayo pasado, aunque no lo consiguió por el estallido de
la gripe A, y Ecuador, que quiere vincular su imagen a la banana, el
chocolate y el café de alta calidad, estuvieron presentes con un
pabellón institucional, y Chile acudió con otras tres empresas.
La feria, que concluyó hoy, también tuvo la representación de 93
importadores y distribuidores de toda China. EFE
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