Edna Alcántara
México, 28 ago (EFE).- La suspensión "indefinida" de operaciones
de Mexicana de Aviación, una de las dos principales aerolíneas del
país, empeora su situación financiera ya que en vez de darle un
respiro acelera su sepultura, al cumplir 89 años en operación,
coinciden analistas.
El consultor independiente del sector Simón García dijo a Efe que
Mexicana de Aviación "difícilmente se recuperará de esta caída" ya
que "arrastra otros problemas" como son una falta de planeación de
negocios fortalecida a partir de su adquisición en 2005, que pasó
del Gobierno a manos privadas.
Desde esta tarde Mexicana de Aviación, junto con sus subsidiarias
Click y Linck, suspendieron sus vuelos nacionales y extranjeros, que
incluían más de una treintena con destino a EE.UU., Centro,
Suramérica y Europa.
Según la compañía esta medida obedece "al grave deterioro
financiero en el que se encuentra" y "la imposibilidad" de lograr
"una capitalización adecuada", según explicó ayer la empresa.
El experto advirtió de que "México no se puede dar el lujo de
permitir que desaparezca la aerolínea más antigua del país pues
además de dar una mala imagen por el descuido que se ha tenido en el
transporte aéreo.
Añadió que esta misma suerte "la podría correr la hasta hoy
competidora Aeromexico".
La agonizante aerolínea, que mantiene pasivos de 15.000 millones
de pesos (unos 1.153 millones de dólares), se niega a desaparecer y
espera que en México y en EE.UU. le permitan reestructurar su deuda
en dos procesos de concurso mercantil ante la crisis financiera.
Por su parte, el experto y asesor de empresas aeroportuarias
Fernando García explicó a Efe que "es muy difícil que un grupo
privado realice una inversión si no hay condiciones adecuadas".
Asimismo, García calcula que se requiere de una capitalización de
150 millones de dólares para salir a flote.
Su argumento es que con el inicio de proceso de concurso
mercantil, que puede durar meses o algunos años, la empresa no
podría ser vendida, a menos que "la autoridad y quizá pensando por
ser concesión o bien público estratégico la requisara".
La aerolínea, que además cuenta con otros bienes como una empresa
de mantenimiento de aeronaves y un edificio en Ciudad de México,
recientemente fue adquirida en un 95% por la firma Tenedora K,
integrada por un Grupo Omega y Grupo Arizan, y el 5% restante por
parte de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de
México, para darle un segundo respiro como Nuevo Grupo Aeronáutico.
Sin embargo, decidieron que no inyectarían más capital a la
desvalida aerolínea al considerar que no existen condiciones
financieras ni laborales.
Para el Gobierno mexicano la suspensión "temporal" de esta
empresa no representa de momento la quiebra, sino más bien es un
paso para continuar con el proceso de concurso mercantil.
No obstante, reconoce que esta situación es un indicador de que
se requiere una revisión de las políticas aeronáuticas del país.
"Desde luego que se requiere de una consolidación de la industria
-aérea- en México y a nivel mundial (...), de hecho en muchos países
se está reorganizando y buscando la manera en que este sector sea
más fuerte y viable", reconoció el ministro mexicano de
Comunicaciones y transportes Juan Molinar Horcasitas.
El grupo anteriormente pertenecía al hotelero Grupo Posadas (con
30,4% de acciones) quien a finales de 2005 adquirió parte del
Gobierno por al menos unos 165 millones de dólares para hacerla más
fuerte y competitiva a nivel internacional.
Los más de 3.000 trabajadores de la aerolínea, en su intento por
salvar a la empresa y que garantice a su vez sus fuentes de empleo,
han participado en más de una decena de reuniones con sus patrones
en los que los propios trabajadores se comprometieron a ceder unos
meses sus salarios (de unos 5,8 millones de dólares mensuales),
reducir sus prestaciones e incluso bajar hasta en un 20% de su
plantilla laboral. EFE