Sonia Osorio
Miami (EEUU), 18 feb (EFE).- El voraz apetito de China por las
materias primas de Latinoamérica constituye una oportunidad para las
empresas de la región, que ven en el capital del gigante asiático
una gran fuente de financiación extranjera.
Con 2,1 billones de dólares en reservas internacionales, las
mayores en el mundo, China se está transformado en la apuesta del
flujo financiero de las empresas latinoamericanas de sectores
estratégicos para Pekín, según dijeron a Efe analistas.
De hecho, América Latina absorbió la mitad de los 50.000 millones
de dólares que China invirtió en el exterior en el 2008.
"La necesidad de abastecimiento de minerales como el hierro,
cobre y níquel está llevando a que empresas chinas (públicas y
privadas) salgan a buscar participaciones en activos y acuerdos de
abastecimiento en el exterior", aseguró Erik Bethel, fundador y
director ejecutivo de SinoLatin Capital.
Esta compañía es la primera empresa de capital riesgo para China
y América Latina y tiene como objetivo canalizar las inversiones
entre ambos mercados, explicaron sus directivos.
"Los chinos emplean varias formas de financiar sus transacciones
en empresas latinoamericanas: compra de acciones, transacciones de
acciones con porcentajes mayoritarios o minoritarios, deuda
proveniente de bancos comerciales chinos o de bancos de desarrollo y
contratos de suministro de largo plazo", dijo Bethel.
China necesita asegurar el suministro de largo plazo de materias
primas vía la inversión o adquisición de activos destinados a la
producción y exportación de los mismos.
También mediante la financiación de proyectos avalados por
contratos de suministro de largo plazo como el que suscribieron
recientemente Petrobras y PetroChina por un valor de 10.000 millones
de dólares, asegurando así el suministro de petróleo en los próximos
diez años.
Rafael Valdez, otro de los socios fundadores de la firma de
capital de riesgo, con sede en Shangai, subrayó que las compañías
latinoamericanas pueden beneficiarse con estas asociaciones cuando
hace falta capital, liquidez y financiación debido a la crisis
financiera internacional.
Es un capital, recalcó, que viene acompañado con un contrato de
suministro a largo plazo, lo que significa para una compañía minera
o de soja no solo capital de trabajo, sino que ya tienen un
comprador para su producto.
Una ventaja que pudiera espolear la escala de la empresa, sus
volúmenes e ingresos, dijo Valdez.
Empresas de minería como Chinalco, Minmetals, Jiangxi Copper y
Zijin, entre otras, ya están en la región desarrollando proyectos,
de acuerdo con Bethel.
En el caso de Chinalco en Perú se han realizado transacciones de
alrededor de 900 millones de dólares en una mina de cobre que
requerirá de una inversión adicional de unos 2.000 millones de
dólares.
En el sector petrolero, el capital chino ha entrado en asociación
con capitales locales para la exploración y explotación de crudo en
Colombia, Brasil y Argentina.
Bethel destacó que en la mira de los chinos está la agricultura,
la pesca ya que China es el principal consumidor de harina de
pescado y el sector forestal por su elevada demanda de maderas para
la construcción.
La infraestructura integra también el portafolio, en especial
aquella que ayude a facilitar el comercio entre ese país y la región
como puertos y ferrocarriles.
"Las inversiones que estamos viendo de las empresas chinas van
más allá de un retorno financiero temporal, tienen base en la
demanda, son de mediano y largo. No buscan un retorno financiero,
sino uno estratégico: asegurar el suministro de un insumo escaso",
agregó Valdez.
China ha crecido a una tasa anual de cerca del 10% en los últimos
30 años, detalló, lo que ha hecho que el consumo de soja o de
cualquier otro recurso, ha aumentado de tal manera que rebasa su
capacidad productiva o de reservas.
El gigante asiático en 2008 importó 40 millones de toneladas de
soja, tres veces más la capacidad local de producción, producto que
en la década de 1980 exportaba y que ahora depende en un 75% de las
importaciones, principalmente de Brasil, Argentina y Paraguay.
Valdéz dijo que China está viendo oportunidades incluso en el
sector del motor y ya está en Uruguay con este objetivo.
En México, la empresa Lenovo anunció en 2008 inversiones para
fabricar computadoras destinadas al mercado de América Latina y de
EEUU.
La inversión se concentra en ciertas economías con las que ya
China mantiene intercambio comercial como Chile, Brasil, Argentina,
Perú, pero comienza a observarse en otros países de la región,
incluso con "naciones pequeñas como Costa Rica que recientemente
restableció las relaciones diplomáticas".
"Es un mercado sostenible en el tiempo, China va a seguir
creciendo, demandando recursos, acumulando capital e invirtiendo en
la región", vaticinó Valdez. EFE
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