Paco G. Paz
Pittsburgh (EE.UU.), 24 sep (EFE).- El G20 inició hoy en
Pittsburgh (EE.UU.) su tercera cumbre de jefes de Estado,
determinado a avanzar en una nueva regulación financiera mundial, no
retirar de momento los planes de estímulo y consolidarse como un
grupo de decisión internacional.
De hecho, una de las prioridades de la reunión es reforzar la
propia existencia del G20, un grupo que comprende a países
industrializados y emergentes y que, hasta que saltó la debacle
financiera hace un año, no había tenido ningún protagonismo.
El diario The Wall Street Journal informa en su página web que el
G20 va a anunciar mañana, viernes, su constitución como un órgano
permanente de coordinación económica internacional, en detrimento
del G8, el grupo que tradicionalmente había abordado estas tareas.
La Casa Blanca no ha querido hoy confirmar este extremo, pero ha
convocado de improviso una rueda de prensa a primera hora de la
mañana (12.30 GMT) del presidente Barack Obama.
La cumbre de este jueves, la tercera tras las reuniones de
Washington en noviembre pasado y el de Londres en abril, se inició
con una cena de trabajo en la que participaron los mandatarios y los
ministros de Economía, y de la que no trascendieron muchos detalles.
La jornada fuerte se producirá el viernes, cuando los 19 países y
la Unión Europea pondrán sobre el papel las medidas que han sido
capaces de consensuar para atenuar los efectos de la crisis y, sobre
todo, poner los parches necesarios para evitar que se geste otra
nueva debacle financiera como la que se ha vivido en el último año.
Según el borrador que tienen sobre la mesa los mandatarios, y al
que tuvo acceso Efe, el G20 quiere alcanzar antes de final de año un
acuerdo sobre nuevas normas mundiales sobre las bonificaciones de
los banqueros, así como un aumento de las reservas de las entidades
financieras.
El documento no aboga, sin embargo, por imponer límites estrictos
al volumen de las bonificaciones, como había insistido en particular
el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pero sí recomienda que sus
retribuciones estén vinculadas a objetivos de gestión a largo plazo.
Hoy, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy
Geithner, aseguró que su país y Europa "están en el mismo sitio" en
lo que respecta a las remuneraciones de los directivos del sector
financiero, pues ambas partes defienden la imposición de "estándares
muy fuertes".
Como hicieran los ministros de Economía del G-20 en una reunión
preparatoria de la cumbre de Pittsburgh, los jefes de Estado también
están de acuerdo en la necesidad de que, a corto plazo, hay que
"continuar respaldando la actividad económica hasta que la
recuperación se afiance claramente".
Eso supone que no se marcará una fecha para la retirada de los
planes de estímulo, una posibilidad que, según los expertos, podría
causar una debacle en los mercados, que viven una nueva bonanza
gracias a la inyección de recursos públicos en las economías
domésticas.
Aun así, el G20 cree conveniente que los miembros establezcan, en
cooperación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), "un proceso
transparente y creíble para retirar el apoyo fiscal y monetario
extraordinario, y el respaldo al sistema financiero".
El Grupo solicita en el borrador que se sienten las bases para un
crecimiento mundial "más equilibrado".
El documento también contiene una sección sobre cambio climático
y energía, en la que el Grupo se compromete a aumentar la
transparencia del mercado de petróleo y de gas natural, así como
mejorar la supervisión de los contratos de futuros.
Horas antes del inicio de la cumbre, se produjeron los primeros
enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad del G20.
Unos 500 activistas, según la prensa local, iniciaron una marcha
antiglobalización en el barrio de Lawrenceville, uno de los mayores
de esta ciudad de Pensilvania, pero solo pudieron recorrer unas
calles antes de la que la policía les ordenara dispersarse.
Algunos de los jóvenes que encabezaban la protesta, y que tenían
el rostro cubierto con pasamontañas oscuros, desafiaron las órdenes
de las fuerzas de seguridad que, eventualmente, disparó botes de
gases contra ellos. EFE