Río de Janeiro, 13 jun (.).- La petrolera brasileña Petrobras anunció este jueves que recibió 33.500 millones de reales (8.700 millones de dólares) por una participación del 90 % en la Transportadora Asociada de Gas (TAG), una de sus subsidiarias y que vendió a un grupo liderado por la francesa Engie.
La mayor empresa de Brasil, controlada por el Gobierno, informó en un comunicado al mercado de que la transacción fue concluida este jueves con el pago del valor acordado, que incluye unos 2.000 millones de reales (519,5 millones de dólares) destinados al pago de una deuda de TAG con un banco público.
Se trata de la mayor operación de venta de activos de la petrolera desde que Petrobras inició un proceso de desinversión para reducir su elevada deuda y mejorar el perfil de su portafolio de activos.
El nuevo controlador de la TAG es un consorcio liderado por Engie, que ya actúa en Brasil en los sectores de energía y transporte, y completado por el fondo canadiense Caisse de Dépôt et Placement du Québec (CDPQ).
Petrobras, que mantiene un 10 % de participación en la distribuidora de gas, aclaró que seguirá utilizando los gasoductos de TAG para el transporte de sus productos mediante "contratos ya vigentes entre las dos partes y sin cualquier imparto en su operaciones o en el suministro de gas natural a sus clientes".
El negocio fue concluido una semana después de que la Corte Suprema decidiera que las empresas estatales de Brasil pueden vender sus subsidiarias sin consulta previa al Congreso.
La venta de TAG estaba paralizada por una decisión judicial que condicionaba la operación a la autorización de la máxima corte.
Además del consorcio compuesto por Engie y CDPQ, por la subsidiaria de gas de la petrolera brasileña también pujaron el fondo Mubadala, de los Emiratos Árabes Unidos, y otro consorcio liderado por el grupo Itaúsa, del banco privado Itaú.
TAG, cuya venta era considerada estratégica por Petrobras, tiene una red de gasoductos con una extensión de 4.500 kilómetros en las regiones norte y nordeste de Brasil.
La petrolera brasileña se encuentra inmersa desde hace varios años en un ambicioso programa de venta de activos, a fin de revertir la severa crisis económica en la que se vio envuelta por los escándalos de corrupción y la caída en los precios del petróleo.
Petrobras calcula que este año venderá activos por un valor de entre 30.000 y 40.000 millones de dólares, dos veces lo previsto en su actual plan de desinversiones.