Buenos Aires, 15 ene (EFE).- La multinacional eléctrica Enel-Endesa, propietaria de la distribuidora de energía Edesur, ratificó hoy su permanencia en Argentina, a pesar de las reiteradas amenazas de nacionalización por parte del Gobierno durante los apagones que afectaron a gran parte del país en diciembre pasado.
El consejero delegado de Endesa, Andrea Brentan, y director de Enel reiteró hoy la "vocación de permanencia de largo plazo del Grupo Enel-Endesa" en Argentina tras reunirse, junto a directivos de Edesur, con una representación del Ejecutivo de Cristina Fernández en Buenos Aires, informaron fuentes oficiales.
Después del encuentro, en el que participaron el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, Brentan expresó la voluntad de que Edesur "acompañe con inversiones el crecimiento económico del país y el incremento de la demanda, mejorando el nivel de calidad de servicio".
Igualmente, el consejero delegado de Endesa aseguró que la compañía "lamenta profundamente las molestias sufridas" por los usuarios afectados por los fallos en el suministro eléctrico durante las altas temperaturas que se registraron en el país en diciembre.
"Lamentamos profundamente las molestias sufridas por los usuarios a pesar de todos nuestros esfuerzos extraordinarios por reducir el impacto que provocó una ola de calor histórica y de características inéditas", subrayó.
De acuerdo a la empresa, Brentan describió ante las autoridades argentinas el Plan de Contingencia que Edesur tiene en marcha con "un relevante aumento de recursos humanos y materiales, a efectos de minimizar potenciales inconvenientes frente a nuevas situaciones que pudieran presentarse".
"Este Plan se está compartiendo con el Gobierno (argentino) a efectos de una máxima coordinación", aseguró la compañía de distribución de energía en un comunicado.
Asimismo, Brentan destacó que durante la reunión recibió "observaciones por parte de las autoridades del Gobierno nacional muy útiles para mejorar la operación en contingencias".
Argentina vivió un inicio de verano con una ola de calor, la peor en 43 años, en la que se alcanzaron temperaturas superiores a los 40 grados centígrados en algunas zonas del país.
El fuerte calor provocó un elevado incremento del consumo energético que desembocó en prolongados apagones que dejaron sin luz a miles de hogares, en muchos casos, durante semanas.
Entre protestas y reclamaciones de los usuarios, el Gobierno instó a las dos compañías responsables del suministro, Edenor, de capitales argentinos, y Edesur, a solucionar con rapidez y eficacia los problemas de los ciudadanos y las amenazó con una posible nacionalización si no eran capaces de solventar las incidencias.
El pasado día 10 de enero, el Ejecutivo de Cristina Fernández aumentó los controles sobre ambas empresas, que deberán informar diariamente sobre los cortes en el suministro e incrementar la cantidad de personal dedicado a las reparaciones en la red.
Previamente, el Gobierno les había retirado la gestión de fondos estatales para mejoras en la red eléctrica, además de establecer compensaciones económicas a los usuarios, en concepto de los perjuicios ocasionados durante los apagones.
El fuerte calor regresará a Argentina en los próximos días con temperaturas que se prevé que alcancen de nuevo los 40 grados centígrados el próximo sábado, según alertó hoy el Servicio Meteorológico Nacional. EFE