Nueva York, 21 abr (EFE).- El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, tratará mañana de ganar apoyos para la reforma del
sistema financiero que promueve, con un discurso en Nueva York en el
que defenderá que la economía, los consumidores e incluso el propio
sector necesitan una mayor regulación.
"Tenemos que tener un sector financiero próspero y efectivo,
porque parte del éxito de Estados Unidos se debe a que hemos
construido un próspero sistema al que acudir cuando se tiene un
sueño que financiar", aseguró hoy Obama en una entrevista con la
cadena de información financiera CNBC.
En la víspera de su discurso en Nueva York, insistió en que, aun
así, "hay que tener unas normas básicas que aseguren que los
inversores, consumidores, accionistas y el conjunto de la economía
están protegidos de juegos salvajes".
"Si lo hacemos, incluso será bueno para el sector financiero, ya
que recuperará la confianza de la gente", explicó el gobernante,
quien dijo que "la actitud de los ejecutivos de Wall Street no ha
cambiado todo lo que desearía" y que tiene la sensación de que
piensan: "Ahora que la crisis ha pasado, volvamos al trabajo como si
nada".
El discurso de Obama mañana tendrá lugar en un enclave con mucha
tradición presidencial, en la Universidad Cooper Union, donde habló
en marzo de 2008 cuando era todavía candidato a la Presidencia.
En aquella ocasión criticó la laxa regulación que permitió que
gente de Enron y WorldCom "forzara normas, inflara ganancias,
disfrazara pérdidas y cometiera fraude contable".
Ese centro universitario, con 151 años de historia, también fue
escenario de memorables discursos de Abraham Lincoln y Theodore
Roosevelt, cuando eran candidatos presidenciales, y de Woodrow
Wilson y Bill Clinton, ya en el poder.
Está previsto que con sus palabras, Obama trate de recabar apoyos
para un conjunto de medidas reguladoras del sector financiero que
quiere que el Senado apruebe cuanto antes y que los republicanos
rechazan.
Con ellas pretende, entre otros objetivos, regular el mercado de
derivados, crear una agencia de protección al consumidor y dar al
Gobierno la autoridad de desmantelar instituciones en precarias
condiciones y que supongan una amenaza para el entramado financiero.
La Casa Blanca recordó esta semana que han pasado ya "casi dos
años de que la crisis estallara", lo que "ha destruido billones de
dólares de riqueza de las familias".
"El presidente recordará a los estadounidenses lo que está en
juego si no avanzamos en el cambio de las reglas del juego", explicó
el lunes el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
En ese mismo sentido, el sábado Obama apuntó en su alocución de
radio semanal que "cada día que pasa sin que actuemos, el sistema
que llevó a los rescates se perpetúa, con las mismas brechas".
Los republicanos se oponen a esta regulación porque consideran,
entre otras críticas, que será un incentivo para que los bancos se
relajen y confíen en que, ante una nueva situación de crisis, se
volverán a repetir los históricos rescates protagonizados por la
Administración.
Por ello, fuentes del Ejecutivo han indicado que éste quiere que
los demócratas eliminen la propuesta de crear un fondo privado de
50.000 millones de dólares que, financiado por grandes instituciones
financieras, serviría para cubrir los gastos relacionados con la
quiebra de una empresa.
La última vez que Obama dio un discurso en la Gran Manzana fue
hace siete meses, justo frente a la sede de la Bolsa de Nueva York,
y también lo hizo con Wall Street como protagonista de sus palabras.
En aquella ocasión pidió a las firmas financieras que colaboraran
en el diseño de un nuevo marco regulador que ayudara a evitar
derrumbes como el vivido en septiembre de 2008, cuando quebró Lehman
Brothers y todo el sistema financiero tembló. EFE