Buenos Aires, 22 ago (EFE).- Clarín y La Nación, los principales
periódicos de Argentina, denunciaron hoy una ofensiva del Gobierno
de Cristina Fernández para anular su participación mayoritaria en la
mayor fabricante de papel para diarios del país suramericano.
El Gobierno argentino presentará el próximo martes un informe, de
400 páginas, que, según adelantaron funcionarios del propio
Ejecutivo, revelará las supuestas conexiones entre estos dos diarios
y el entonces régimen de facto para adueñarse en 1976 de la empresa
Papel Prensa.
Según publicó hoy La Nación, el Gobierno analiza disponer la
nulidad de la operación de compra de las acciones de Papel Prensa en
aquel entonces, medida que daría lugar a un complejo proceso
judicial.
"El Gobierno pretende adueñarse de los activos y controlar la
empresa, manejar la producción de papel nacional para la impresión
de diarios y someter así al periodismo independiente hasta llevarlo
a una convivencia dócil con el poder", dijo, por su parte, hoy
Clarín en un editorial.
Fundada en 1972, Papel Prensa, que abastece a unos 170 diarios de
todo el país, está en manos de Clarín -el mayor grupo de medios del
país y enfrentado con el Gobierno argentino-, con una cuota del 49
por ciento, del Estado (27,46% en forma directa y 0,62% propiedad de
la agencia oficial de noticias Télam) y de La Nación (22,49%),
mientras que el 0,43 por ciento corresponde a terceros.
El informe "Papel Prensa: la verdad" será presentado el próximo
martes en un acto en la sede del Ejecutivo, al que fueron invitados
gobernadores, parlamentarios, embajadores y también empresarios.
Según La Nación, el informe contendrá una denuncia contra
directivos de ese diario, de Clarín y del diario La Razón
-accionista hasta 2000- por supuestos apremios ilegales, delitos de
lesa humanidad y coacción para la compra de Papel Prensa.
El informe incluiría un testimonio de Lidia Papaleo, viuda del
banquero David Graiver, accionista de Papel Prensa y vinculado con
la agrupación guerrillera Montoneros, quien asegura haber sido
forzada a vender sus acciones en 1976 bajo torturas y amenazas de
muerte de parte del director de Clarín, Héctor Magnetto, y de la
dictadura militar (1976-1983).
"Tengo las mejores expectativas de una reparación histórica
después de 34 años. Siento que es un gran paso para los argentinos y
estoy agradecida que haya sido una mujer presidenta la que saldará
esta deuda de la sociedad en su conjunto", dijo la viuda de Gravier
en declaraciones publicadas hoy por el diario Perfil.
Según La Nación, "siempre quedó en claro" que los Gravier
"estaban libres al momento de la venta", el 2 de noviembre de 1976,
"y que a esa fecha no habían sido objeto de torturas y amenazas del
gobierno militar".
"La verdad histórica es que las acciones fueron compradas al
Grupo Graiver en noviembre de 1976 por los diarios Clarín, La Nación
y La Razón, cuando dicho Grupo enfrentaba problemas financieros y
societarios, con la quiebra de al menos dos de sus bancos en el
exterior, y cuando el Grupo no podía continuar con el proyecto de
construcción de la planta", afirmó Clarín en su editorial.
Según el periódico, "en ese momento todos sus integrantes estaban
en libertad y no se encontraban bajo amenaza de la dictadura",
mientras que "en el momento de la transferencia accionaria no se
conocía la conexión del grupo Graiver con la organización armada
Montoneros, vínculo que en 1977 desencadenó el repudiable secuestro
de varios miembros del Grupo Graiver por la administración militar".
"Los miembros de la familia Graiver fueron ilegalmente detenidos
más de cinco meses después de la venta del paquete accionario de
Papel Prensa, cuando salió a la luz la relación financiera de David
Graiver con Montoneros. David Graiver era acusado de haber recibido
una suma millonaria del grupo armado Montoneros para administrarla e
invertirla", añadió Clarín.
El informe "Papel Prensa: la verdad" también contendría denuncias
sobre supuestas irregularidades administrativas y prácticas de
competencia desleal por parte del directorio de Papel Prensa,
controlado por los accionistas privados.
"La apropiación de Papel Prensa, aunque se disfrace con el ropaje
de los derechos humanos, sólo procura la subordinación incondicional
de la palabra escrita, como parte central de un proceso de
dominación social impropio de los sistemas democráticos", sostuvo
Clarín. EFE