Cristina Revenga
Madrid, 15 mar (EFE).- El mercado internacional de cereales se mantiene en "vilo" por la influencia que tienen sobre su oferta y demanda, acontecimientos como las próximas cosechas en el hemisferio norte, la crisis en Libia o el terremoto y el tsunami del pasado viernes en Japón.
Todas estas variables pueden tener un efecto aún por determinar en la evolución de los precios de los cereales, un cultivo que en los últimos meses se ha visto marcado por una gran volatilidad, según los analistas consultados por Efeagro.
El analista de Infomarket José Murillo ha destacado que tras el terremoto de Japón las bolsas internacionales de granos han descendido significativamente, una "corrección" que comenzó a finales de febrero y que se ha agravado con la actual situación de este país, uno de los mayores importadores de maíz y soja.
Según Murillo, las importaciones se están complicando porque muchos puertos no están operativos, por lo que la demanda de cereales se puede ver mermada.
A esta situación, también se une la crisis libia, la recogida de beneficios por parte de los fondos de inversión y las futuras perspectivas de cosecha en los países del hemisferio norte.
Por su parte, fuentes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han señalado que aún es pronto para estimar el impacto del tsunami en Japón para la agricultura y el comercio internacional.
Las mismas fuentes han resaltado el descenso de los precios de algunos productos que Japón suele importar como el maíz, aunque habrá que ver si se reflejan cambios en el mercado.
En este sentido, han precisado que estos cambios pueden derivarse de los daños sufridos por las infraestructuras y las pérdidas de ganado en las zonas afectadas -lo que podrían deprimir las importaciones- o si el efecto ha sido simplemente psicológico y transitorio.
Han destacado que para muchos productos agrícolas, el periodo no coincide con un momento crítico de la producción ya que, por ejemplo, en el caso del arroz, la última cosecha se realizó en septiembre y octubre, mientras que los cultivos para la campaña 2011 no se sembrarán antes de los meses de abril y mayo.
En el caso de Libia, la pasada semana la FAO ya expresó su preocupación por el impacto que la actual crisis en este país pueda tener en su seguridad alimentaria y en la de los estados vecinos.
Este organismo atribuyó sus temores a la dependencia de esos países en la importación de cereales, a las posibles interrupciones en el flujo de bienes y servicios y a los desplazamientos de población.
Los analistas del banco alemán Commerzbank han asegurado que los mercados agrícolas están bajo la influencia de la "catástrofe" ocurrida en Japón y que las primeras estimaciones indican que el 20 % de la producción de cereales almacenada para su posterior uso podría haber sido destruida.
Han explicado que Japón es el mayor importador mundial de maíz, fundamentalmente procedente de Estados Unidos, y que este país también es uno de sus principales suministradores de trigo y soja.
Los analistas creen que será difícil la descarga y el transporte de estas importaciones porque las instalaciones portuarias y otras infraestructuras han quedado destruidas.
No obstante, no descartan que en las próximas semanas Japón pueda adquirir un mayor volumen de maíz, trigo y soja, lo que contribuiría a una nueva reducción de las existencias mundiales.
Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las reservas finales de trigo, maíz y soja en 2010/2011 a nivel mundial se situarán en 181,90, 123,14 y 58,33 millones de toneladas respectivamente. EFE