Lisboa, 28 mar (EFE).- La presión de los mercados sobre Portugal continuó intensificándose hoy, lo que provocó que el interés al que se negocian sus obligaciones a diez años subiera hasta el 7,82 por ciento, un nuevo máximo histórico.
El país luso comenzó la semana, una vez más, en el punto de mira de los inversores, cuya desconfianza sobre la situación económica del país no para de acrecentarse, lo que ha dejado a Portugal al borde de un rescate financiero.
La rentabilidad exigida por los inversores en el mercado secundario con los títulos lusos a diez y cinco años volvió hoy a batir niveles récord desde la entrada del país en el euro, y se situó en el 7,82 y el 8,53 por ciento, respectivamente.
Con estas subidas, el diferencial entre el bono portugués y el alemán -utilizado como referencia- también se incrementó, ya que las obligaciones germanas a diez y cinco años cotizaban al 3,32 y el 2,63 por ciento, respectivamente.
La presión sobre Portugal se agravó la semana pasada con el rechazo del Parlamento al último plan de austeridad ideado por el Gobierno y la posterior dimisión del primer ministro, el socialista José Sócrates.
A los recelos que despierta las cuentas públicas del país, inmerso en una lucha contrarreloj para reducir su déficit, se suma la incertidumbre política generada con esta crisis de Gobierno, que podría acabar incluso con la convocatoria de elecciones anticipadas.
Pese al elevado coste que supone ahora para el Estado luso emitir deuda pública, debido a la escalada de sus intereses, la necesidad de liquidez le obliga a recurrir al mercado, ya que sólo en los tres próximos meses debe afrontar el pago de cerca de 9.000 millones de euros por el vencimiento de algunas líneas de deuda.
Al clima de enfrentamiento político que se vive en Portugal estos días se le suman las dudas expresadas por dos agencias de calificación -Fitch y Stnadard & Poor's- sobre el riesgo de que el país sea incapaz de cumplir con sus compromisos, lo que llevó a ambas a rebajar la calificación de su deuda. EFE