Lucía Leal
Washington, 9 abr (EFE).- Estados Unidos se asomó hoy al precipicio de la parálisis de su Administración, un fenómeno inédito en los últimos 15 años y rehuido públicamente por ambos partidos. Pero, ¿qué efecto tendría, en la práctica, un "cierre del Gobierno"?
La paralización de las oficinas de la administración de Barack Obama, esquivada minutos antes de que venciera el plazo para aprobar un nuevo presupuesto para financiarlas, habría forzado el abandono temporal de sus puestos de unos 800.000 funcionarios estadounidenses.
Lejos de traducirse simplemente en enormes montones de papeles sobre la mesa de los burócratas, esas sillas vacías habrían afectado desde a los turistas que esperan la aprobación de su visado hasta los astronautas de la NASA, y desde la recogida de basuras en Washington hasta el sueldo de los militares en Afganistán e Irak.
El transbordador Endeavour sólo habría podido salir en su fecha prevista, el 29 de abril, si el Congreso hubiera alcanzado un acuerdo que frenara la parálisis administrativa en menos de una semana, confirmó la NASA.
Los turistas que cada semana acuden a admirar la emblemática estatua de la Libertad en Nueva York se habrían quedado con las ganas de visitarla, como aquellos que se acercaran a cualquiera de los 394 parques nacionales del país, entre ellos el de Yellowstone (Montana) o el cañón del Colorado (Arizona).
El propio Obama se congratuló hoy de que el famoso monumento a Washington de la capital, un símbolo "visitado cada año por cientos de miles de personas de todo el mundo", que podía verse a su espalda mientras pronunciaba un discurso televisado, fuera a permanecer abierto el sábado.
Los contratiempos de un cierre habrían traspasado las fronteras, ya que los extranjeros que dependieran de un visado para ingresar a Estados Unidos se encontrarían con oficinas cuya capacidad para expedirlos estaba "drásticamente limitada", como informó el Departamento de Estado.
Lo mismo valía para los millones de trabajadores que esperaban una devolución de impuestos por parte de la Hacienda estadounidense (Inland Revenue Service, IRS), a escasos días de que se cierre el plazo para presentar la declaración, el 18 de abril.
Incluso estaba en juego la higiene de la capital estadounidense, cuyo servicio de recogida de basuras y de limpieza de las calles depende por completo de los fondos federales.
De ahí que surgiera una activa campaña en la red social Facebook para "ir a tirar la basura a las puertas de la casa" del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, en caso de cierre de la administración.
Los militares que combaten en Irak, Afganistán y Libia, y los policías nacionales habrían mantenido sus funciones, al ser considerados "imprescindibles para mantener la seguridad nacional".
Pero, a no ser que el "cerrojazo" se hubiera interrumpido antes del martes, los cheques no habrían llegado y las tropas se habrían visto obligadas a combatir sin paga, lo que provocó fuertes reacciones de muchos de sus familiares, que inundaron de llamadas las oficinas de los congresistas.
Cientos de miles de empleados fueron notificados hoy, doce horas antes del previsto cierre de las agencias, de si eran considerados "esenciales" o si quedarían suspendidos temporalmente de sus actividades.
"Estaba muy preocupado, porque al mediodía nos avisaron a los que no éramos trabajadores 'esenciales', y si no lograban este acuerdo, el lunes me quedaba en casa sin cobrar", dijo a Efe un empleado federal, que no quiso dar su nombre.
"Ahora estoy más tranquilo. Tengo muchos gastos, todo está caro y no sé qué hubiese hecho para llegar a fin de mes. Al menos esta vez nos salvamos", concluyó. EFE