Mar Gonzalo
Nueva York, 2 oct (EFE).- El economista asesor de la ONU Bernardo
Kliksberg defendió hoy que los responsables del golpe de Estado en
Honduras "están frenando el progreso social y democrático" del país,
y reclamó una decidida apuesta por la protección social en América
Latina para combatir los efectos negativos de la crisis.
"Es un ejemplo de los dos modos que hay de afrontar un desastre
social: Uno hacer cambios y otro defender un 'statu quo' tan
regresivo como el de Honduras, una de las sociedades más desiguales
del mundo", aseguró hoy a Efe el argentino a su paso por Nueva York.
El asesor principal de la dirección regional para América Latina
y el Caribe del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) apuntó
que "las cifras sociales de Honduras son de una desigualdad
fenomenal", pues la "inmensa mayoría de la población no tiene agua
potable ni acceso al sistema educativo".
Manuel Zelaya, el presidente depuesto por el golpe de Estado -"un
precedente funesto para la institucionalidad democrática en la
región"- intentó "tibiamente" mejorar esas cifras y, según
Kliksberg, se topó con "una oposición a cambios sociales mínimos
característica de algunas de las élites más reaccionarias de América
Latina en los últimos 30 ó 40 años".
Por ello, el recientemente condecorado en España con la Orden al
Mérito Civil 2009 se sumó al llamado internacional de una inmediata
restitución de Zelaya en su puesto.
"Costó tantos esfuerzos llegar a una América Latina democrática
que sentar un precedente inverso sería nefasto", lamentó Kliksberg,
quien advirtió que las previsiones sobre el impacto de la crisis en
la región son "muy preocupantes".
Esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijeron
que la región acumulará este año tres millones de desocupados más.
En su opinión, los jóvenes serán los más afectados, ya que su
tasa de desempleo "duplica" a la media y uno de cada cuatro está
fuera del mercado laboral y del sistema educativo, algo que, "además
de ser anti-ético, puede ser un enorme factor de riesgo en materia
de delincuencia".
"Las mujeres también se están viendo fuertemente afectadas,
porque se usa la crisis como pretexto para retroceder en muchas
conquistas laborales", según el economista, que ha sido asesor de
más de 30 gobiernos y defiende que los de Latinoamérica están a
tiempo de evitar males mayores.
"Los escenarios dependen en gran medida de lo que se haga para
combatir las gigantescas desigualdades", explicó, de forma que "si
no hay políticas contra-cíclicas enérgicas de defensa de los más
vulnerables, la crisis puede tener un impacto muy intenso en estados
con muchas desigualdades como los de América Latina".
A su juicio, es fundamental que se "aumenten con contundencia las
políticas de protección social", porque "cada día que pasa sin
responder al aumento de la pobreza (en el primer trimestre se perdió
un millón de empleos en América Latina), se traduce en niños que
simplemente no vivirán y madres que morirán".
En cuanto a la clave para lograr financiación para ello, explicó
que, como dice el título de su best seller "Primero la gente",
realizado junto al Nobel de Economía Amartya Sen, "por pocos
recursos que haya, siempre es una cuestión de prioridades".
En ese sentido destacó la fuerte apuesta sanitaria de Costa Rica,
los avances tecnológicos de Uruguay, la protección social de los
mayores en Chile y la reducción de la pobreza en Brasil.
"España ha sido en los últimos años un laboratorio de iniciativas
sociales e igualdad de referencia para América Latina", apuntó
Kliksberg, para quien "los indicadores en que España ha puesto sus
esfuerzos son los que verdaderamente miden el desarrollo de un país,
no sólo el PIB, así que puede estar más que satisfecha, porque
avanza en el sentido correcto".
También abogó por hacer más progresivo el sistema fiscal de la
región, reducir la "significativa" evasión fiscal, multiplicar la
solidaridad de la sociedad civil, apoyar desde el sector público a
las pymes y fomentar la responsabilidad social de las empresas, que
"deben proteger el empleo ante todo y no acogerse al recurso fácil
de apelar a la crisis para despedir masivamente".
"La falta de responsabilidad social de las empresas es una de las
razones por las que el mundo entró en esta crisis infernal, así que
ahora deben ejercerla", apuntó el economista, quien defendió que,
por encima de todo, "es fundamental la democratización, porque
cuanto más participe la sociedad civil, mayor será la posibilidad de
cambios sociales". EFE