Londres, 23 sep (EFE).- El cambio climático supone una seria
amenaza para el café debido a los efectos perniciosos que un
incremento de la temperatura global tendría sobre este cultivo, ya
que le restaría calidad y aumentaría la incidencia de plagas y
enfermedades.
Así lo advierte un informe presentado durante la reunión que
celebra esta semana el Consejo de la Organización Internacional del
Café (OIC), y que tiene lugar en Londres.
Los cambios en el clima tienen notables efectos en los cafetales
de todo el mundo, ya que una temperatura del aire adversa, la
radiación solar y la humedad relativa son elementos que influyen en
muchos de los procesos fisiológicos de la planta de café.
El informe, titulado "Cambio climático y café", ha sido realizado
con el objetivo de ayudar a los miembros de la OIC a preparar su
posición para la cumbre que se celebrará en Copenhague en diciembre,
y de la que se espera que salga un documento que actualice el
Protocolo de Kioto.
Entre los efectos que una subida de los termómetros podría
provocar se encuentra la aceleración del proceso de maduración del
café, lo que conlleva una pérdida de calidad.
"Existe una posibilidad real de que sólo unas pocas zonas del
mundo puedan cultivar café de calidad. Si esto ocurriera, la
tendencia actual a la concentración de la producción podría
convertirse incluso en más pronunciada", alerta el informe.
La subida del mercurio afecta también a diferentes aspectos del
metabolismo de las plantas de café, como el florecimiento, la
fotosíntesis o la respiración.
Además, muchas de las estrategias de adaptación a estos efectos
del cambio climático implican una reducción en la extensión de los
campos de cultivo.
Un mayor calor también favorecería la proliferación de ciertas
epidemias y enfermedades, además de facilitar su dispersión a otras
regiones donde no estaban presentes anteriormente.
Debido precisamente a esta mayor vulnerabilidad de las
plantaciones de café, será necesario introducir un mayor número de
controles y llevarlos a cabo de manera más rigurosa, lo que
aumentará los costes de producción.
Según las proyecciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático (IPCC), las precipitaciones aumentarán en el siglo XXI en
algunas zonas del planeta -sobre todo en las latitudes más altas- y
descenderán en otras, como por ejemplo al sur de África o el noreste
de Brasil, donde contarán con "menos recursos hídricos por el cambio
climático".
Además, en zonas que actualmente no requieren de irrigación, un
aumento de las temperaturas puede afectar a la humedad de los
suelos, lo que obligaría a dotar de "costosas infraestructuras" la
zona para compensarlo.
Otra consecuencia negativa sería la reducción de la vida "útil"
de las plantas de café debido al "estrés" producido por los cambios
hídricos.
Los autores del documento insisten en que los países productores
de café deben invertir más en la adaptación a los cambios que en la
mitigación de sus efectos, ya que es más útil y resulta más rentable
en términos económicos.
Entre las medidas que aconsejan se encuentran la mejora en los
sistemas de irrigación, la modificación genética de las variedades
de café para hacerlas más fuertes y longevas, así como la
diversificación económica en aquellos países que dependan en exceso
de la agricultura -sector muy sensible al cambio climático-.
La OIC es una entidad asociada a la ONU que representa al sector
cafetero y cuenta con 77 países miembros, 45 de los cuales son
exportadores de café -que representan el 97 por ciento de la
producción mundial- y 32 son importadores -lo que equivale al 80 por
ciento del consumo mundial de este producto-. EFE