Londres, 16 may (EFE).- British Airways (BA) informará esta
semana de unas pérdidas de 600 millones de libras (704 millones de
euros u 872 millones de dólares) en el último año fiscal (de abril
de 2009 a marzo de 2007), informa hoy "The Sunday Times".
Estas pérdidas son las mayores registradas por la aerolínea
británica desde que fue privatizada en 1987 y serán anunciadas por
el consejero delegado de BA, Willie Walsh, el próximo viernes, en
una semana que se presenta crucial para la compañía.
El martes comienzan los paros convocados por Unite, el sindicato
del personal de cabina, que alterarán el programa de vuelos de BA
durante 20 jornadas, entre el 18 de mayo y el 9 de junio.
Unite ha convocado los 20 paros del personal de cabina en cuatro
fases: entre el 18 y el 22 de mayo, entre el 24 y el 28 de mayo,
entre el 30 de mayo y el 3 de junio, y entre el 5 y el 9 de junio.
La aerolínea afronta además nuevas cancelaciones y retrasos con
la llegada de una nueva nube de ceniza volcánica procedente del
volcán islandés Eyjafjalla, que entre hoy y el martes llevará al
cierre de distintas partes del espacio aéreo británico.
Las previsiones del citado diario están en la línea de lo que
esperan los analistas de la City, que han cifrado entre 550 y 620
millones de libras las pérdidas antes de impuestos de las que
informará British Airways en los próximos días.
Dice el "Times", citando fuentes de la compañía, que en las
actuales circunstancias Walsh y su equipo se están centrando en la
tarea de impulsar la fusión con la española Iberia y de cerrar la
alianza comercial con la estadounidense American Airlines (AA).
Esas fuentes aseguran que BA y AA están muy cerca de recibir la
aprobación de las autoridades reguladoras del mercado para fusionar
sus operaciones transatlánticas, lo que les permitirá operar como
una sola aerolínea entre ambos lados del Atlántico.
La semana también es decisiva para BA porque la dirección y el
sindicato se presentarán el lunes ante el servicio de conciliación
laboral Acas para buscar una solución y mantendrán reuniones por
separado con el ministro de Transporte, Philip Hammond.
Además, los servicios legales acudirán a un tribunal de Londres
para solicitar que se considere ilegal la convocatoria de huelga con
el argumento de que Unite vulneró la ley al no informar a los
trabajadores del resultado exacto de la votación en la que se
decidió apoyar los paros de las próximas semanas.
En este sentido, el líder de Unite, Tony Woodley, acusó hoy a la
dirección de BA de ser "vengativa" y de echar por tierra un
principio de acuerdo al que se había llegado sobre el cambio de las
condiciones laborales, asunto que está detrás del conflicto.
En declaraciones a la agencia local PA, Woodley aseguró que si
ese acuerdo no se cerró fue por la negativa de la dirección de la
aerolínea de restaurar los beneficios fuera de convenio (sobre todo
billetes de avión a bajo precio en vuelos con plazas vacantes) que
se retiraron a quienes secundaron los paros del pasado mes de marzo.
Unite también pidió que se revirtiera la suspensión y el despido
de 50 trabajadores que siguieron la huelga, y la negativa a hacer
estas concesiones, dijo Woodley, es lo que mantiene el conflicto.
"BA dijo que esta era una batalla por el futuro a largo plazo de
la compañía, por tener los costes y la reestructuración adecuada. Se
había llegado a un acuerdo con Unite sobre todos esos requisitos, al
menos en principio. Los clientes, los accionistas y el consejo de BA
deberían preguntarse ahora por qué sigue huelga", indicó.
Según el líder sindical, la situación actual "ya no tiene que ver
con la reestructuración, tiene que ver con expulsar a nuestros
militantes a costa de los viajeros. Cerrar este conflicto ahora no
le costaría a BA un solo penique, pero no habrá solución si siguen
las amenazas, la intimidación y la venganza mezquina". EFE