Bruselas, 22 ene (EFE).- El presidente de la Comisión Europea
(CE), José Manuel Durão Barroso, afirmó hoy que esta institución
sigue "de cerca" la situación de General Motors (GM) en Europa y que
"se asegurará" de que el gigante automovilístico no recibirá ninguna
ayuda de estado ilegal para su viabilidad futura.
Barroso se pronunció así en un comunicado tras reunirse con el
presidente de la región belga de Flandes, Kris Peeters, donde está
enclavada la fábrica de Opel en Amberes cuyo cierre anunció ayer
General Motors Europa.
"La prioridad es asegurarse de que los trabajadores afectados
puedan encontrar nuevos empleos lo antes posible", indicó, y recordó
que las autoridades belgas podrán apelar a los recursos comunitarios
-como el Fondo Europeo para la Globalización- para ayudar a las más
de 2.600 personas que perderán su empleo.
Peeters recalcó por su parte la importancia de conocer el plan de
negocio de GM antes de que los países le concedan las ayudas
estatales que necesita para garantizar su futuro, valoradas en 2.200
millones de euros.
En diciembre pasado, los ministros de Industria de los
Veintisiete acordaron que la Comisión Europea estudiara el plan de
General Motors antes de que los gobiernos comenzaran a negociar las
ayudas estatales.
El portavoz comunitario de Competencia, Johnatan Todd, recordó
hoy que GM se comprometió a enviarles el plan, una vez lo hubiera
discutido con los representantes de los trabajadores, e informó de
que no ha recibido ninguna comunicación de la compañía desde
comienzos de diciembre.
Sin embargo, Todd consideró que el hecho de que GM haya anunciado
el cierre de Amberes no implica necesariamente que el proyecto
definitivo esté listo.
Por otra parte, Peeters mantuvo hoy una conversación telefónica
con el presidente de GM Europa, Nick Reilly, a quien manifestó su
rechazo a sus planes de cerrar la factoría de Amberes, una decisión
que calificó como una "falta" y "no razonable".
"Estamos indignados por la manera en que una multinacional como
GM ha tratado este caso. La decisión de cerrar Opel Amberes es una
falta", comentó, en unas declaraciones recogidas por la agencia
Belga.
"La planta de Amberes está sana, y el cierre de una empresa sana
no es razonable", indicó.
Peeters reprochó al grupo automovilístico que haya fundado su
decisión en "razones que no son puramente económicas", y le recordó
"su promesa no cumplida de poner sobre la mesa un plan de negocio".
Reilly, por su lado, se comprometió ante Peeters a "examinar
correctamente las soluciones de recambio que le serán propuestas",
según Belga. EFE