Fráncfort (Alemania), 2 mar (EFE).- El grupo químico alemán BASF
ha recibido la autorización de la Comisión Europea (CE) para
cultivar comercialmente su patata transgénica "Amflora" tras años de
espera.
El directivo de BASF, Stefan Marcinorski, dio la bienvenida a la
decisión de la CE y dijo que "esperamos que esta decisión presente
una piedra miliar para la innovación a favor de una agricultura
competitiva y duradera en Europa".1
La CE ha aprobado hoy, doce años después de la última
autorización, cinco nuevos organismos genéticamente modificados
(OGM), entre ellos el cultivo de una variedad de patata.
Hace dos años los ministros de Agricultura europeos no lograron
ponerse de acuerdo sobre la aprobación o no del cultivo de Amflora y
el uso de su pulpa y deshechos como alimento para animales, por lo
que, desde entonces, la decisión estaba en manos de la CE.
Amflora es una patata genéticamente modificada que produce
almidón compuesto sólo por amilopectina, frente a las patatas
comunes, en las que se encuentra una mezcla que incluye también otra
sustancia, la amilosa.
BASF considera que "Amflora" fortalecerá la posición de la
industria europea de almidón de patatas en la comparación
internacional.
El mayor grupo químico del mundo anunció que comenzará el cultivo
industrial este año, previsiblemente el próximo mes de abril.
Asimismo, la CE ha confirmado su intención de proponer en verano
un cambio en la legislación sobre transgénicos para dar a los países
más libertad a la ahora de decidir si quieren cultivar o no OGM.
Los cinco expedientes de OGM aprobados son una patata para
cultivo con fines industriales, la utilización de la fécula de esa
patata como pienso, así como la comercialización de tres tipos de
maíz transgénico que sin embargo no podrán ser cultivados en
territorio europeo.
"Amflora" es el primer producto de BASF de la investigación
biotecnológica con plantas listo para el mercado que tiene
autorización para su uso comercial en Europa.
BASF tiene en su cartera de productos otra patata manipulada
genéticamente. EFE