Fráncfort 12 may (EFE).- El Banco Central Europeo (BCE) tiene
dudas sobre la independencia institucional, personal y financiera de
los bancos centrales de Bulgaria, República Checa, Letonia,
Lituania, Hungría, Polonia, Rumanía y Suecia.
Esa es una de las conclusiones del informe Convergencia 2010
publicado hoy por el BCE y en el que se evalúa la convergencia
económica y legal de nueve Estados miembros de la Unión Europea.
El informe, que incluye también a Estonia, examina si estos
países alcanzaron un alto grado de convergencia económica sostenible
y determina en qué medida se están cumpliendo los requisitos legales
que han de observar los bancos centrales nacionales para integrarse
plenamente en el Eurosistema.
En este último aspecto, denominado "convergencia legal", el BCE
señala que el marco jurídico de los países examinados no era, a
fecha del 12 de marzo, compatible con todos los requisitos
necesarios para la adopción del euro establecidos en los tratados y
estatutos del sistema europeo de bancos centrales y del BCE.
El 22 de abril, el parlamento estonio adoptó la ley sobre la
introducción del euro, que eliminó las incompatibilidades aún
existentes en ese país.
"Por el contrario, en todos los demás países examinados, siguen
existiendo incompatibilidades en cuanto a la independencia del banco
central", sentencia el BCE.
La autoridad monetaria, precisa que esas incompatibilidades se
relacionan, en especial, con la "independencia institucional,
personal y financiera de los bancos centrales".
En todos los países examinados, excepto en Lituania, "estas
incompatibilidades se refieren tanto a la prohibición de
financiación monetaria como a la integración legal de los
respectivos bancos centrales en el Eurosistema", enumera el BCE.
Las críticas del BCE a la independencia de los bancos centrales
de algunos países comunitarios llegan en un momento en el que la
propia autoridad monetaria afronta alegaciones parecidas.
El BCE aceptó en el marco de la negociación comunitaria del plan
de 750.000 millones de ayudas para la estabilidad de la eurozona
intervenir directamente en los mercados de deuda pública y privada.
Para los analistas esta medida, no contemplada en los manuales
del BCE, cuestiona la independencia de la institución europea.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet negó el lunes que la
entidad monetaria haya tenido presiones políticas al decidir la
compra de deuda pública y privada en los mercados.
Tras una reunión del Banco Internacional de Pagos en Basilea,
Trichet hizo hincapié en que "somos completamente independientes" y
aseguró que "esta decisión fue una decisión del consejo de gobierno
del BCE y no el resultado de presión política". EFE