La Paz, 7 ene (EFE).- El Gobierno de Bolivia ha presupuestado
para este año 188,8 millones de dólares para pagar a inversores por
las nacionalizaciones de empresas realizadas en gestiones anteriores
y por las que se harán este año, informó hoy el diario La Razón.
Según el matutino, el Presupuesto General del Estado establece
ese monto para hacer pagos por la nacionalización de dos firmas del
sector de hidrocarburos y por tres generadoras eléctricas.
En la lista están la Compañía Logística de Hidrocarburos de
Bolivia (CLHB), que tenía socios alemanes y peruanos, y la
distribuidora de combustible para aviones AIR BP, filial de la
British Petroleum, ambas nacionalizadas en gestiones pasadas.
Para la compra de las acciones y participaciones en estas firmas
el Estado ha presupuestado en los gastos de la estatal Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), 172,2 millones de dólares.
En cambio, para la compra de las acciones en las generadoras
eléctricas Corani, Guaracachi y Valle Hermoso, el presupuesto
asignado a la estatal Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) es de
16,6 millones de dólares, indica el diario.
El Gobierno de Evo Morales ha señalado que está en el tramo final
de la negociación para formalizar la nacionalización de estas tres
empresas, lo cual se concretará este año.
Corani está participada en un 50 por ciento por Ecoenergy
International, subsidiaria de la francesa GDF Suez, mientras que
Guaracachi tiene como socia principal a la británica Rurelec PLC,
que posee la mitad de las acciones.
La mitad de Valle Hermoso pertenece a la empresa The Bolivian
Generating Group, de la firma inversora Panamerican de Bolivia.
Desde el 2006, Morales ha nacionalizado, también por medio de la
compra de acciones, otras empresas petroleras que en su momento
estuvieron en manos de Repsol YPF, Petrobras y British Petroleum.
Además nacionalizó la principal compañía de telecomunicaciones
del país ENTEL, que le ha valido al Estado boliviano un conflicto
legal con la italiana Telecom y ha expropiado, sin ningún pago, una
fundidora de minerales a la multinacional suiza Glencore. EFE