Washington, 5 ago (EFE).- British Petroleum inició hoy el sellado
definitivo del pozo averiado en el Golfo de México mediante la
colocación de un tapón de cemento, con lo que pretende poner punto
final al peor desastre medioambiental de la historia de EE.UU.
En un comunicado, la compañía anunció que los equipos empezaron a
inyectar cemento en el pozo a las 9:15 hora local (14:15 GMT), a
través de tuberías conectadas a barcos situados en la superficie,
con el objetivo de "bloquear y aislar el fuel".
No obstante, el almirante retirado Thad Allen, que coordina la
respuesta al vertido por parte del Gobierno de EE.UU., dijo hoy en
una conferencia de prensa que el taponado "no es el final" de la
catástrofe que ha devastado las aguas del Golfo, pero sí es "un paso
clave para asegurar que no se vierte más petróleo al océano".
Allen dio luz verde a BP para proceder con la introducción de
cemento en el pozo el miércoles, horas después de que la compañía
anunciara el éxito de la primera fase de la estrategia de sellado.
Esa operación, iniciada el martes y conocida como "static kill"
(eliminación estática), consistía en empujar el petróleo hacia el
fondo del depósito con la inyección de más de 2.300 barriles de lodo
pesado, administrados de forma gradual para evitar un aumento
excesivo de la presión en el pozo.
Los ingenieros que trabajan en el sellado de la fuga se
inclinaron por proceder al taponado del depósito sin esperar a que
concluyan los trabajos de excavación de un pozo auxiliar, que es
considerado la solución definitiva al vertido.
El pozo auxiliar, de unos 5.500 metros de profundidad, permitirá
clausurar la parte inferior del depósito que produjo la marea negra
mediante un procedimiento bautizado como "bottom kill" (eliminación
desde el fondo), a través de una nueva inyección de lodo pesado y
cemento.
Allen indicó el miércoles que el Gobierno no aceptará "de ninguna
manera" que la ejecución del taponado con cemento retrase la
excavación del conducto auxiliar.
La cimentación de ese pozo auxiliar, prevista por BP para el 15
de agosto, será el inicio de la verdaderamente última fase de la
operación para sellar el pozo, que ha vertido 4,9 millones de
barriles de petróleo al océano desde abril, cuando una plataforma de
la compañía colapsó y se derrumbó sobre el depósito.
Un 74 por ciento del total de crudo liberado al océano desde
entonces se ha recogido, quemado, evaporado o descompuesto por
procesos naturales, según un informe científico que presentó el
miércoles la asesora de energía de la Casa Blanca, Carol Browner.
Sin embargo, según Browner, las tareas de limpieza y "la ayuda de
la madre naturaleza" serán cruciales en los próximos meses para
neutralizar el crudo que sigue en las costas y el que flota de
manera residual en partículas microscópicas en el océano.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró el
miércoles que la lucha por contener el derrame "finalmente está
llegando a su fin" y elogió los esfuerzos para frenar la marea negra
que "ha puesto de cabeza" la vida de miles de personas.
Más de tres meses después del accidente que produjo la fuga y
después de hasta cuatro intentos fallidos para detener el flujo de
crudo, el optimismo del Gobierno coincide con el de los equipos de
BP.
No obstante, Allen señaló hoy que la administración "continuará
los esfuerzos de compensación" a los afectados en los estados del
sureste del país y seguirá presionando a BP para que asuma "toda su
responsabilidad" en el desastre.
Por otra parte, los ingenieros que llevaron a cabo la inyección
de lodo pesado aún deben determinar si existe algún tipo de fuga en
el exterior del conducto principal, un proceso que exige complicadas
tomas de medida de las fluctuaciones de presión dentro del pozo
averiado.
"Parece que el lodo que bombeamos pasó directamente por el
conducto", dijo el miércoles Kent Wells, vicepresidente ejecutivo de
BP. "Hemos llegado a un buen punto, pero ahora hay que hacerlo
permanente", subrayó. EFE