(Actualiza con nuevas declaraciones de responsables de BP)
Washington, 29 may (EFE).- La petrolera BP, responsable del
vertido de petróleo en el Golfo de México, indicó hoy que continúa
la inyección de lodo pesado en el pozo averiado, pero que hasta el
momento no ha conseguido detener el escape de crudo.
En declaraciones a la prensa, el director de operaciones de BP,
Doug Suttles, indicó que por el momento, cuando el derrame de crudo
ha entrado en su día número 40, se desconoce si la operación acabará
teniendo éxito.
BP ha comenzado ya a preparar, según indicó el alto ejecutivo,
otra medida alternativa, el serrado de la tubería averiada para
colocar una cúpula sellante.
La operación para intentar taponar el pozo mediante una inyección
de materiales a presión ("top kill") comenzó el pasado miércoles,
sin que hasta el momento esté claro si ha dado resultados.
Es la primera vez que se intenta una maniobra similar a una
profundidad semejante, 1.500 metros. La idea es que la mezcla de
agua y lodo pesado actúe como un cemento que bloquee el flujo de
petróleo.
Si esa mezcla logra contener el crudo, se inyectaría cemento para
sellar definitivamente la fuga.
Las cámaras de vídeo instaladas por BP y que transmiten el escape
24 horas al día por exigencia del Gobierno no permiten apreciar con
claridad si la maniobra de la petrolera ha mejorado la situación.
El derrame se ha convertido en el peor de la historia, una vez
que los científicos han corregido sus cálculos, que inicialmente
contaban que la fuga equivalía a 5.000 barriles de petróleo al día,
y ahora consideran que el crudo que mana del pozo alcanza entre los
12.000 y los 19.000 barriles diarios.
La catástrofe, que comenzó tras la explosión de la plataforma
petrolera "Deepwater Horizon" el 20 de abril, se ha convertido en un
verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno estadounidense y el
presidente Barack Obama, contra el que crecen las críticas acerca de
la gestión del problema.
Obama visitó el viernes por segunda vez desde que comenzó el
desastre la zona afectada en las costas de Luisiana y ordenó que se
triplicara el personal que trabaja en las tareas de lucha contra la
marea negra, hasta ahora 20.000 personas.
"El responsable en última instancia soy yo", afirmó el presidente
estadounidense, que aseguró a los habitantes de la región afectada
que "no están solos".
Obama también apuntó que, en caso de que BP fracase en sus
intentos actuales de sellar el pozo, los científicos del Gobierno,
encabezados por el secretario de Energía y Premio Nobel, Steve Chu,
examinan todas las alternativas viables.
Cualquier solución a la que se llegue por el momento sería
temporal. La solución definitiva no se logrará al menos en dos meses
más, los necesarios para perforar un nuevo pozo que reemplace al
averiado.
Mientras tanto, los expertos del Gobierno calculan que ya se han
vertido en el Golfo un mínimo de 68 millones de litros de petróleo.
Un informe elaborado por el BBVA Compass, una entidad financiera
implantada en el sur de EE.UU. y filial del grupo español BBVA,
calcula que el impacto económico del derrame podría ascender a los
4.300 millones de dólares.
De esta cifra, un 93,6 por ciento serían pérdidas en el turismo
en los estados de Florida, Alabama, Misisipi y Luisiana, indicó la
entidad, que advirtió que el coste final dependerá de la cantidad y
la permanencia del crudo en las aguas.
Según estas estimaciones, el coste superaría al del desastre del
vertido de Exxon Valdez en Alaska en 1989, el mayor en Estados
Unidos hasta ahora y que, según la agencia de crédito Moody, tuvo un
impacto económico de 2.800 millones de dólares. EFE