Brasilia, 1 feb (EFE).- El Gobierno de Brasil anunció hoy que ya
cuenta con la preceptiva licencia medioambiental para la
construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte, situada en plena
Amazonía y contra la que indígenas de la zona han prometido "un río
de sangre".
El ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, informó en
comparecencia ante la prensa que el Instituto Brasileño de Medio
Ambiente (Ibama) ya liberó los permisos para la construcción de "la
tercera hidroeléctrica del mundo" en tamaño, que será sometida a
concurso el próximo mes de abril.
Belo Monte, que será construida sobre el río Xingú, a la altura
del municipio de Altamira, en el estado amazónico de Pará, tendrá
una capacidad de generación de 11.233 megavatios y será la segunda
mayor del país por detrás de la de Itaipú, que Brasil comparte con
Paraguay.
La obra, cuyo coste rondará los 20.000 millones de reales (unos
10.600 millones de dólares), fue descrita por Minc como la mayor y
más polémica de las previstas en el Programa de Aceleración del
Crecimiento que impulsa el Ejecutivo.
El año pasado, pueblos indígenas de la ribera del Xingú
dirigieron una carta al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da
Silva, en la que amenazaban con un "río de sangre" si finalmente se
construye la presa.
De hecho, la presión de los indígenas sumada a la de los
ecologistas había provocado la interrupción del proyecto, que data
de hace más de dos décadas.
Para tratar de paliar el impacto de la instalación el Gobierno
exigirá una inversión de 1.500 millones de reales (unos 795 millones
de dólares) en contrapartidas ambientales a la compañía que venza el
concurso para hacerse con el contrato de construcción.
"No es compensación ambiental, son mitigaciones, contrapartidas,
precauciones", aclaró el ministro.
Minc se quejó además de que las presiones alrededor de Belo Monte
no sólo llegaron desde la oposición del ecologismo sino en sentido
contrario, desde el lado empresarial, que se quejaba de la lentitud
de la gestión.
"Siempre que se trata de una licencia ambiental, las presiones
llegan de todos lados. La democracia es así", afirmó.
Belo Monte, que no operará antes de 2014, inundará un área de 506
kilómetros cuadrados, lo que afectará directa e indirectamente a 66
municipios y once tierras indígenas. EFE