París, 7 ene (EFE).- El ministro brasileño de Exteriores, Celso
Amorim, lanzó hoy un llamamiento para lograr un acuerdo que permita
cerrar el Ciclo de Doha sobre la liberalización del comercio mundial
porque a su juicio eso contribuiría a la acción para combatir la
crisis.
"Hay que concluir el Ciclo de Doha", señaló Amorim, tras recordar
que se había estado muy cerca de un compromiso en la Organización
Mundial del Comercio (OMC), y que ése es uno de los puntos que no se
han resuelto con éxito en la movilización internacional frente a la
crisis económica.
El ministro brasileño, que participaba en París en el coloquio
sobre "Nuevo mundo, nuevo capitalismo", señaló que al igual que en
la cumbre de Copenhague en diciembre sobre el cambio climático se
llegó a un compromiso, también se podría hacer en el terreno del
comercio si los líderes mundiales pusieran voluntad.
Dijo coincidir con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que le
había precedido en los discursos durante este coloquio, en la idea
de que la conferencia de Copenhague "no fue un fracaso total" en la
medida en que "hay una orientación en que todos estamos implicados,
y eso es lo importante".
En su intervención, Sarkozy también había urgido para que este
año se tome una decisión sobre la reforma del Consejo de Seguridad
de la ONU, e insistió en que no se puede continuar con la situación
actual en que ni Latinoamérica ni África estén representados en esa
instancia de forma permanente.
Amorim afirmó que el G20 ha sido el instrumento de acción
internacional ante la crisis, y por ahora "es una instancia
necesaria de mediación", aunque puntualizó que no puede ser la nueva
estructura de gestión a escala mundial porque no es representativa,
como no lo era en el pasado el G8.
A ese respecto, defendió que "hay que reformar las instituciones
formales", y se mostró satisfecho de que se haya empezado a trabajar
en cambiar el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
El jefe de la diplomacia brasileña dijo que "la crisis nos ha
legado la emergencia de los países en desarrollo" y ha puesto en
evidencia que Brasil debe estar presente en la gestión de los
asuntos mundiales.
Explicó que su país ha resistido a la sacudida mejor que las
grandes potencias occidentales, y lo atribuyó entre otras cosas a
las políticas sociales, que han contribuido a alimentar la demanda
interna, o al hecho de que el comercio exterior brasileño es
"bastante equilibrado".
Amorim consideró igualmente que la crisis financiera ha hecho
emerger "el escepticismo frente a la capacidad del mercado de
ofrecer soluciones a todo". EFE