Río de Janeiro, 2 ene (.).- El saldo del flujo de dólares en Brasil en diciembre pasado fue negativo en 24.314 millones de dólares, con lo que el país sufrió la mayor fuga de divisas en un mes desde que comenzó a medir el indicador en 2008, informó este jueves el Banco Central.
Pese a que en diciembre ingresaron a Brasil 1.728 millones de dólares por transacciones comerciales, los inversores retiraron del país 26.042 millones de dólares en recursos que estaban en la bolsa de valores o aplicados en títulos financieros o referentes a ganancias y dividendos que multinacionales enviaron a sus matrices, según los datos del emisor.
La fuga de diciembre es atribuida por los operadores a las dudas de los inversores en la capacidad del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de reducir el abultado déficit fiscal del país, que hizo con que el real brasileño acumulara en 2024 una depreciación del 27,35 % frente al dólar, su mayor caída desde 2020.
Con la elevada salida de divisas en diciembre, Brasil cerró 2024 con un saldo negativo en su flujo de dólares de 15.918 millones de dólares, el tercer mayor para un año en su historia.
El resultado anual negativo en 2024 tan solo fue inferior a los registrados en 2019 (44.768 millones de dólares) y 2020 (27.923 millones de dólares).
El saldo negativo el año pasado fue provocado principalmente por la salida de recursos de la cuenta financiera.
Brasil registró en 2024 ingresos de divisas en la cuenta financiera por 589.989 millones de dólares y salidas por 674.385 millones de dólares, para un saldo negativo de 84.396 millones de dólares.
En la cuenta comercial el saldo fue positivo en 68.478 millones de dólares, como resultado de exportaciones por 298.456 millones de dólares e importaciones por 229.978 millones de dólares.
La depreciación del 27,35 % del real en 2024 fue la mayor desde 2020 (-29,33 %), cuando la moneda sintió los efectos negativos de la pandemia.
Pero la mayor parte de esa depreciación se produjo en noviembre y diciembre ante las dudas de los inversores en la política fiscal de Lula, lo que obligó al Banco Central a subastar en las dos últimas semanas del año cerca de 33.000 millones de dólares de sus reservas en el mercado para intentar frenar la pérdida de valor de la moneda.
Desde que asumió su tercer mandato, en enero de 2022, Lula viene prometiendo reducir a cero el déficit fiscal primario de Brasil y hasta ahora no lo ha logrado.
El Congreso llegó a aprobar hace diez días un conjunto de medidas de ajuste fiscal presentadas por el Gobierno y con las que el Ministerio de Hacienda prevé alcanzar el déficit cero en dos años, pero los inversores lo consideraron como insuficiente.