Río de Janeiro, 9 nov (EFE).- Los cancilleres de Argentina, Jorge
Taiana, y de Brasil, Celso Amorim, comenzaron a evaluar hoy posibles
soluciones para las divergencias comerciales existentes entre los
dos países, que esperan discutir con otros ministerios y resolver
antes de la reunión presidencial del 18 de noviembre próximo.
Tras una reunión de casi dos horas en Río de Janeiro, los dos
ministros de Relaciones Exteriores dijeron haber expuesto sus
respectivas visiones sobre las divergencias y evaluado posibles
soluciones para las mismas que, admitieron, no dependen solo de las
cancillerías.
"Hemos conversado, hemos intercambiado información y hemos
llegado a una serie de elementos que nos permitirán avanzar y que
serán considerados por los respectivas áreas competentes y
finalmente por los presidentes en su reunión" dijo Taiana en
declaraciones a periodistas tras su encuentro con Amorim.
Por su parte, Amorim anotó: "Discutimos una serie de posibles
soluciones que no están prontas. Tendrán que ser discutidas por
otros órganos del Gobierno y sometidas a los presidentes".
Amorim subrayó que los dos cancilleres solos no pueden "decidir
nada". "Necesitamos conversar con otros órganos de los Gobiernos y,
naturalmente, las decisiones últimas siempre serán de los
presidentes", añadió.
Ambos dijeron confiar en que los dos mayores países del Mercado
Común del Sur (Mercosur) podrán avanzar en esas soluciones antes de
la reunión que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva,
tendrá con su homóloga argentina, Cristina Fernández, el 18 de
noviembre en Brasilia.
"La reunión de hoy fue positiva porque pudimos conversar sobre
las posibilidades de que podamos avanzar en la solución de las
dificultades antes del encuentro presidencial", aseguró Taiana.
El canciller brasileño dijo que, hasta la reunión presidencial,
los dos países trabajarán en dos frentes.
"Por un lado, vamos a analizar lo que es posible hacer de aquí
hasta el 18, qué medidas podemos tomar o dejar de tomar para crear
un clima positivo, y por otro intentaremos pensar en estos días con
los otros órganos del Gobierno cuál puede ser el camino que podemos
seguir para poder llegar a lo que deseamos, que es una integración
cada vez mayor entre los dos países", dijo Amorim.
El canciller brasileño aseguró que la intención es poder
encontrar soluciones que permitan el desarrollo de ambos países, ya
que a Brasil le interesa el desarrollo de Argentina, y no le
interesa caer "en un tipo de guerra comercial".
Las nuevas divergencias comerciales surgieron hace quince días
cuando Brasil impuso una serie de restricciones al comercio con
Argentina.
La decisión brasileña de exigir licencias no automáticas para el
ingreso de algunos productos argentinos, algo que ese país ya había
adoptado meses antes, obstaculizó el comercio bilateral.
La restricción afectó a diversos productos del país vecino, como
el ajo, vino, harina de trigo, aceitunas, aceites, alimentos
elaborados y comida para animales, y mantuvo paralizados a cientos
de camiones en la frontera durante días.
Las restricciones brasileñas entraron en vigor sin ser anunciadas
antes públicamente, por lo que sorprendió a exportadores argentinos
y al propio Gobierno de ese país, que incluso convocó al embajador
brasileño en Buenos Aires, Mauro Vieira, para pedir una explicación
sobre la medida y manifestar su malestar.
"En la reunión de hoy cada uno planteó su visión sobre los
problemas. Yo expresé la preocupación argentina con las medidas
tomadas por Brasil en relación a lo que entendíamos era la ausencia
de un período de aviso previo de 21 días y al hecho de que fueran
tomadas sobre productos perecederos" dijo Taiana.
El canciller argentino agregó que también fue discutido "el hecho
de que no estaba claro que las medidas fueran de aplicación general
para todos y no tuviera un aspecto que podía entenderse como
discriminatorio (para con Argentina)". EFE
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