Río de Janeiro, 10 nov (EFE).- La economía brasileña ya está
creciendo a un ritmo anual del 5% tras haber estado en recesión
técnica hasta el primer trimestre de este año y puede terminar 2009
con una expansión del 1%, afirmó hoy el ministro de Hacienda de
Brasil, Guido Mantega.
"La economía brasileña fue una de las últimas a entrar en la
crisis y una de las primeras en salir", aseguró el ministro en un
discurso ante un grupo de empresarios brasileños e italianos, en el
que declaró que el país ya superó la crisis económica global.
"Brasil estaba fuerte cuando entró en la crisis porque tenía una
economía que venía creciendo con dinamismo", agregó Mantega, tras
recordar que la economía brasileña apenas registró retracción en dos
trimestres (el último del año pasado y el primero de este año).
De acuerdo con el ministro, tras haber crecido un 1,9% en el
segundo trimestre frente al primero, la expansión en el tercer
trimestre de este año debe ubicarse en entre un 8% y un 10%.
El ministro recordó que en los últimos años la tasa promedio de
crecimiento superó el 5% (5,1% en 2008 y 6,1% en 2007) y que, tras
recuperarse este año, la economía debe expandirse cerca del 5% de
nuevo en 2010.
"Brasil ya inició un nuevo ciclo de expansión que va a durar en
los próximos años", dijo Mantega al citar varios proyectos que, en
su opinión, deben garantizar el crecimiento en un futuro.
Entre tales proyectos citó la explotación de las gigantescas
reservas que la petrolera Petrobras descubrió en el océano
Atlántico, las inversiones en infraestructura y vivienda ya en
marcha y las obras de logística previstas para la Copa del Mundo de
2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, como el tren de alta velocidad
entre Río de Janeiro y Sao Paulo.
Según Mantega, las inversiones de la Petrobras por cerca de
40.000 millones de dólares este año figuran entre las mayores de
cualquier petrolera en el mundo.
El ministro citó, igualmente, los resultados récord en producción
y ventas de automóviles anunciados ayer por los fabricantes y el
gran mercado que aún queda en un país como Brasil, en el que apenas
una de cada siete personas posee vehículo.
El ministro recordó que el interés de los inversores extranjeros
por la economía brasileña es de tal tamaño que el Gobierno tuvo que
imponer un impuesto sobre la entrada de capital foráneo para frenar
la depreciación del dólar frente al real. EFE