Bruselas, 20 sep (EFE).- La Comisión Europea desea aprovechar la
nueva regulación sobre los mercados financieros para introducir un
mayor control sobre las materias primas con objeto de evitar las
grandes fluctuaciones de precios, que tienen un gran impacto sobre
los productores y los consumidores.
Así lo expresaron el comisario de Mercado Interior y Servicios
Financieros, Michel Barnier; y su homólogo de Agricultura, Dacian
Ciolos, durante la apertura de una audiencia pública sobre la
reforma de la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros
(MIFID), uno de los proyectos clave del nuevo marco general con el
que Bruselas desea acotar los abusos que originaron la crisis.
"La revisión de MIFID es uno de los elementos clave de una
reforma ambiciosa de los mercados de materias primas. No podemos
mejorar el funcionamiento de los mercados sin actuar a la vez sobre
sus aspectos físicos y los instrumentos de los mercados financieros
que desempeñan un papel determinante en la evolución de las
cotizaciones", dijo Barnier.
"Estamos preparados para ir más allá. Éste es un asunto clave. No
dudaremos en considerar más medidas", añadió el comisario francés.
Ciolos, por su parte, exigió un marco que garantice una mayor
estabilidad de precios para evitar que "la especulación no ponga en
riesgo explotaciones agrícolas perfectamente rentables".
En este sentido, explicó que "las fluctuaciones (de precios)
nunca han sido tan violentas" como ahora, y citó lo ocurrido este
verano con el trigo, que experimentó una subida del 60% en cinco
semanas, que a su juicio no puede explicarse únicamente por los
descensos de las exportaciones en Rusia y Ucrania.
El anuncio de hoy se produce pocas semanas después de que Francia
exigiera a la Comisión "un texto legislativo específico" para
regular los mercados de derivados de las materias primas y de
productos asimilados, en una carta firmada por varios ministros.
Más allá de las materias primas, Barnier insistió hoy en la
necesidad de introducir transparencia en los mercados financieros,
que a su juicio son incapaces de autorregularse y cuyo impacto es
enorme sobre la economía real y la sociedad, como demostró la
crisis.
Por su parte, la presidenta de la comisión de Asuntos Económicos
y Monetarios del Parlamento Europeo (PE), Sharon Bowles, también
presente en la conferencia, alertó contra el riesgo de que la nueva
norma limite la libertad de elección de los actores del mercado y
solicitó "proporcionalidad".
El vicepresidente del Comité de responsables europeos de
reglamentación de valores (CERV), Carlos Tavares, que también
asistió, recomendó la creación de un registro obligatorio de
operaciones para conocer mejor los mecanismos de formación de
precios.
Asimismo, pidió un estudio "cuidadoso" de la nueva realidad del
mercado, en referencia a herramientas como la negociación de alta
frecuencia (que permite hacer operaciones en milisegundos para
beneficiarse de los pequeños desfases de precios en las distintas
plazas).
En este sentido, Barnier consideró que los progresos tecnológicos
y la creatividad financiera no pueden ser "una excusa para derogar
los principios fundamentales de la transparencia, la responsabilidad
y la regulación apropiada".
Tanto Barnier como Tavares creen que la futura autoridad europea
de supervisión de los mercados (ESMA, en inglés), debería encargarse
de implementar la nueva norma.
La directiva MIFID entró en vigor hace dos años con el objetivo
de incrementar la protección de los inversores, eliminar barreras a
la competencia y facilitar las transacciones transfronterizas, pero
Bruselas desea modificarla ya para contemplar los cambios vividos
desde entonces y luchar contra la opacidad, que a juicio de Barnier
se ha incrementado desde entonces.
Barnier anunció hoy que su equipo estará listo para presentar un
proyecto de revisión en la primavera de 2011 (aunque en principio se
había comprometido a hacerlo antes de final de año). EFE