Caracas, 9 ene (EFE).- Los funcionarios públicos de Venezuela
trabajarán a partir del próximo lunes solo cinco horas diarias, de
las 8.00 a las 13.00 horas locales (12.30 a 17.30 GMT), para ayudar
al ahorro eléctrico obligado por un grave déficit de generación.
La medida fue anunciada anoche por el presidente del país, Hugo
Chávez, e inicialmente pasó desapercibida debido a que paralelamente
el gobernante anunció una drástica devaluación y denunció una nueva
violación del espacio aéreo nacional por aviones estadounidenses.
"Sólo en Caracas lograremos ahorrar cerca de 187 megavatios; esta
es una de las varias medidas que hemos aprobado" para afrontar la
crisis, entre ellas la creación de "un incentivo" a las familias que
disminuyan su consumo eléctrico, que en algunos casos llegaría a la
condonación de buena parte de la factura mensual, sostuvo.
El promedio del consumo familiar, detalló Chávez, alcanza entre
los 500 y 600 kilovatios/hora, a un coste de unos 200 bolívares
(unos 93 dólares).
En el marco del control estatal de divisas vigente desde 2003,
Chávez anunció además una devaluación de la moneda nacional, hasta
ahora en 2,15 bolívares por dólar, y estableció dos tipos de cambio
legales, uno de 2,60 bolívares y otro de 4,30 bolívares, y el
combate a una cotización no oficial de alrededor de 6,0 bolívares.
"Aquellos que bajen el consumo en un porcentaje significativo les
eliminaremos buena parte de la tarifa" eléctrica, dijo tras reiterar
que un "consumo irresponsable", una sequía y otros factores han
colocado en "zona de alarma" la generación hidroeléctrica.
"Es una necesidad y una obligación para todos los venezolanos
contribuir" al ahorro energético, por lo que si el racionamiento en
marcha desde el 1 de enero no se cumple y continúa alumbrado el
sector donde el servicio debió suspenderse, "espere 10 minutos y
salga a protestar, o apague usted la luz", requirió Chávez.
Las centrales hidroeléctricas que abastecen casi el 90 por ciento
del consumo nacional venezolano funcionan con las aguas del río
Caroní, en el estado Bolívar (sureste), cuyas represas registran
casi diez metros por debajo de sus niveles normales.
La Administración de Chávez ha ordenado a industrias pesadas y
ligeras, centros o locales comerciales y centros residenciales a
elaborar un plan obligatorio de reducción del consumo, al menos de
un 20 por ciento en relación a cada mes del año anterior.
El Gobierno debió flexibilizar esta semana una impopular medida
que restringía el consumo de electricidad en los centros
comerciales, lo que dejaba inactivos salas de cines, bancos,
restaurantes y afectaba el empleo en el sector.
Portavoces de la oposición aseveran que la crisis eléctrica es
una muestra de la supuesta ineficacia del Gobierno, que en once años
no habría llevado a cabo los planes e inversiones necesarios en el
sector, lo que Chávez ha admitido parcialmente, pero ha insistido en
la incidencia de la sequía y del "derroche capitalista". EFE