Pekín, 30 abr (EFE).- Los tribunales de Shanxi y Hebei, provincias del norte de China, condenaron a 14 personas, dos de ellas a cadena perpetua, por el caso de leche contaminada con melamina descubierto en julio de 2010, similar al que en 2008 mató al menos a seis bebés e hizo enfermar a otros 300.000 niños.
Las autoridades incautaron un total de 173,17 toneladas de leche en polvo contaminada cuyo valor en el mercado era de 4.415 millones de yuanes (671.000 dólares), motivo por el cual condenaron a los fabricantes, Li Baosheng y Qi Weigang, a cadena perpetua y confiscación de sus bienes.
Cuatro de los restantes implicados fueron condenados a penas que oscilan entre los 10 y los 15 años de prisión, uno de ellos, Chunfeng Zhao, por cambiar las etiquetas de los productos una vez descubierta la contaminación, mientras que el resto recibió penas menores o castigos económicos.
Además, la compañía distribuidora Yukang Dairy fue multada con 400.000 yuanes (61.600 dólares) por ocultar 30 toneladas de leche en polvo contaminada para su posterior venta por canales ilegales, algo por lo que su gerente, Hengzhu Yang, fue condenado a seis años de prisión.
La melamina, químico utilizado en este caso, es usado para engañar a los detectores de proteínas y provoca problemas renales. En 2008 se encontró en leche en polvo, caramelos y leche líquida de todas las grandes productoras lácteas chinas.
Tras el escándalo, las autoridades aumentaron los controles, pero según datos de la Administración Estatal de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de China publicados a principios de este mes, el 45 por ciento de los 1.176 productores de leche registrados en China no superaron la última inspección de calidad.
Según las autoridades sanitarias, 426 productores de leche tendrán que cerrar sus negocios y otros 107 suspenderán sus operaciones hasta cumplir con los estándares de calidad.
Los casos de leche contaminada con melamina han seguido apareciendo en estos años, incluido el de una partida contaminada que, tras ser retirada para su destrucción, volvió a ser puesta a la venta.
Esto ha llevado a la población china a desconfiar de los productos lácteos locales, en especial, de la leche en polvo para bebés ye muchas madres los compran en el extranjero, sobre todo a Japón.
El Gobierno chino ha puesto además en marcha una nueva regulación para los productores lácteos que incluye tener el equipo adecuado para rastrear aditivos y por la que todas las compañías deben solicitar de nuevo su licencia para operar. EFE