Panamá, 9 abr (EFE).- Los Gobiernos de Centroamérica se quejan
por la falta de flexibilidad de la Unión Europea (UE) en la
negociación de un Acuerdo de Asociación e, incluso, han amenazado
con retrasar su firma, pero por el momento nadie renuncia al pacto.
El ministro guatemalteco de Economía, Rubén Morales, destacaba en
declaraciones publicadas hoy en la prensa de su país que. aunque
resulta "ambicioso" querer firmar el convenio en mayo próximo, en la
Cumbre América Latina-UE de Madrid, el ambiente "es positivo" para
realizarlo.
Las palabras de Morales se producen tras una semana en la que
algunos funcionarios de la región, como la viceministra nicaragüense
de Fomento, Industria y Comercio, Verónica Rojas, han llegado a
afirmar que la negociación está "secuestrada" por Europa.
A finales de marzo, la UE y los países centroamericanos
reanudaron las negociaciones del acuerdo, a las que se ha sumado
Panamá, tras una paralización de nueve meses por el golpe de Estado
en Honduras.
Sin embargo, la postura europea está siendo muy criticada en
círculos oficiales y empresariales de la región.
Las quejas apuntan a la falta de flexibilidad de los europeos a
la hora de ampliar los límites a las cuotas de productos sensibles
como el banano, el arroz, el atún, el azúcar o la carne, así como de
artículos textiles, y en algunos criterios de denominación de
origen.
La negociación "está secuestrada, diría yo, por Europa",
manifestó Rojas, jefa negociadora de Nicaragua, en declaraciones
publicadas esta semana por el diario La Prensa de Managua, en las
que aseguró que la conversación "está estancada".
"En estos momentos muy difícilmente habría firma (del acuerdo),
al menos en el tiempo marcado, que es mayo", dijo.
Con menos pesimismo pero igual convencimiento del trecho que aún
queda por negociar, el viceministro salvadoreño de Cooperación para
el Desarrollo, Jaime Miranda, miembro del equipo negociador de su
país, indicó el miércoles que la fecha del 18 de mayo para la
rúbrica del acuerdo no es un plazo inamovible.
"Lo de la firma se ha puesto una meta, pero no significa que
necesariamente tiene que ser en esa fecha. El problema no es el
tiempo, lo que nosotros tenemos que hacer es tener un excelente
acuerdo que sea en beneficio de Centroamérica", declaró a los
periodistas tras una reunión de negociadores de la región.
No obstante, el funcionario salvadoreño subrayó que el camino
para salvar las diferencias está en la mesa de negociación y que hay
que "seguir negociando hoy, mañana, pasado mañana, hasta mayo todos
los días, a todas las horas, para lograr (...) un excelente
acuerdo".
Más optimista se mostró la viceministra de Comercio Exterior de
Costa Rica, Amparo Pacheco, al asegurar que la firma en la cumbre de
mayo es "una meta posible" que confía alcanzar.
"Los temas que aún quedan pendientes no han sido por falta de
voluntad entre las partes, sino simplemente porque no hemos
encontrado un balance entre los intereses de los dos bloques, pero
confiamos en resolverlos en la última ronda", afirmó Pacheco a Efe.
La presidenta del Banco Central de Honduras, María Elena
Mondragón, subrayó la importancia que tendrá el acuerdo para la
región en temas de fondo como la atracción de la "inversión europea"
y la ampliación del acceso a los productos centroamericanos en ese
mercado.
En ese sentido, Mondragón comentó que "estos acuerdos requieren,
ante todo, un proceso", en el que siempre "faltan documentos por
revisar, acuerdos a que se tiene que llegar de ambas partes".
Más allá de que la cumbre sea finalmente cuando se formalice o no
el que sería el primer acuerdo en bloque de la región, lo que
Centroamérica tiene claro es que la presidencia española de la UE
hace más que propicio el momento para alcanzar el objetivo.
"Ahora (el proceso de diálogo) es seguro y más adelante podría
quedarse en veremos, porque entran otras presidencias que a lo mejor
tienen otro tipo de prioridades", anotó el guatemalteco Rubén
Morales en declaraciones al diario Prensa Libre. EFE