Carlos Santamaría
Singapur, 13 nov (EFE).- China defendió hoy ante el Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) su respuesta a la crisis
económica, asumió el papel de líder de la recuperación y voz de los
países emergentes y rehusó comentar su criticada política monetaria.
El presidente chino, Hu Jintao, indicó en Singapur que China se
centrará a partir de ahora en aumentar de forma progresiva y
equilibrada su demanda interna, especialmente el consumo de las
familias, para arrastrar al resto a salir de la recesión.
Hu explicó que ése ha sido el objetivo del programa de estímulo
del Gobierno de Pekín, que a partir de ahora dependerá menos de las
exportaciones y de la inversión extranjera, los dos grandes motores
de su vertiginoso crecimiento hasta la crisis del año pasado.
Con una mayor demanda interna, el crecimiento no se resentirá
cuando se retire de aquí a dos años el programa de estímulo, pues
para entonces no es seguro que se hayan recuperado los países que
habitualmente compran los productos chinos.
El líder de la nación más poblada del planeta aseguró que el giro
hacia el consumo doméstico ya se está promoviendo a través de las
reformas estructurales recogidas en las iniciativas de reactivación
económica.
Medidas como los incentivos fiscales y apoyo crediticio a las
empresas, mejoras del clima inversor y de los servicios públicos
contribuirán a "apadrinar una nueva tendencia de crecimiento
económico cimentada de manera conjunta en el consumo, la inversión y
las exportaciones".
"La economía mundial necesita a China para su desarrollo, y una
China más desarrollada llevará más oportunidades para todo el
mundo", afirmó el líder chino en Singapur, donde uno de los asuntos
principales en la agenda de las reuniones del APEC ha sido el papel
del país asiático como cabeza visible de los esfuerzos de todo el
continente por sacar a la economía mundial de la recesión.
Para lograr este fin, Hu apostó por una mayor liberalización del
comercio y las inversiones, y advirtió del peligro del
proteccionismo como gran amenaza al frágil proceso de recuperación.
"Debemos oponernos al proteccionismo en todas sus manifestaciones
(...) especialmente las restricciones injustas contra los países en
vías de desarrollo", subrayó.
Hu aludió así a los problemas que durante el último lustro han
sufrido muchas compañías de su país por entrar en los mercados de
Australia, Canadá, Chile o Estados Unidos, férreos defensores de sus
mercados laborales domésticos.
También se quejó de los recelos de Occidente por dejar a China
competir en sectores como armamento y tecnología.
"Debemos aumentar la cooperación y tirar abajo las barreras que
para reducir la brecha tecnológica entre los países desarrollados y
las naciones emergentes", dijo en referencia a EEUU y la Unión
Europea (UE).
El presidente chino recordó que la crisis no ha terminado y que
todavía no se han encontrado soluciones a los problemas que la
provocaron, por lo que la recuperación de la recesión está llena de
"incertidumbres y factores de desestabilización".
Durante su discurso, Hu emitió cualquier referencia a la
cotización del yuan, que China mantiene artificialmente baja desde
julio de 2008 con el fin de proteger sus exportaciones.
Esa estrategia, unida a la debilidad del dólar, es motivo de
creciente preocupación entre las economías asiáticas, que lamentan
la injusticia de que Pekín intervenga en su moneda de manera
unilateral para garantizar que el precio de los productos chinos
continúe siendo competitivo en los mercados internacionales.
Pero hace dos días, el Banco Central chino se planteó por primera
vez modificar la política y adaptarse a los cambios en los flujos
internacionales de capital y el mercado de divisas, lo que pondría
fin a la tensión con sus vecinos y Estados Unidos.
China es uno de los miembros fundacionales del APEC, que también
integra a Australia, Brunei, Canadá, Chile, China, Corea del Sur,
Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia,
México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur,
Tailandia, Taiwán y Vietnam.
Las 21 economías del bloque regional representan el 40 por ciento
de la población mundial, más de la mitad del Producto Interior
Bruto, y el 44 por ciento del comercio. EFE
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