Soledad Álvarez
La Habana, 24 sep (EFE).- Cuba autorizará el empleo privado en
178 actividades y permitirá la contratación de asalariados en 83 de
ellas así como el arrendamiento de viviendas por parte de
particulares, dentro de su plan para ampliar el trabajo por cuenta
propia cuyos primeros detalles fueron divulgados hoy.
A través del diario Granma, los cubanos conocieron este viernes
el listado de actividades "cuentapropistas" para las que se podrá
pedir licencia a partir de octubre, pero solo siete son nuevas,
entre ellas, contables, profesores particulares, trabajadores
agrícolas eventuales e incluso cuidadores de baños públicos y
parques.
El resto son oficios que estaban ya permitidos para el trabajo
independiente o bien se ejercían así en la práctica sin contar con
la autorización del Estado, de manera que ahora quedarán
"legalizados".
Dentro de este último grupo (29 actividades) figuran elaboradores
y vendedores de alimentos, masajistas, instructor de prácticas
deportivas (con excepción de artes marciales), canteros,
aserradores, fabricante-vendedor de coronas y flores e incluso
hojalateros.
Otro aspecto en la flexibilización del "cuentapropismo" es la
posibilidad de que los cubanos, incluidos los que tienen
autorización para vivir en el extranjero, puedan arrendar por su
cuenta viviendas o habitaciones en pesos convertibles (equivalente
al dólar).
En el variopinto abanico de oficios y actividades que se podrán
ejercer de forma privada, hay 83 casos en los que se permitirá la
contratación laboral entre particulares.
Se introduce además una novedad respecto a las famosas
"paladares" (restaurantes privados en su origen caseros): podrán dar
servicio a un máximo de 20 clientes en lugar de los doce autorizados
hasta ahora y también comercializar productos "prohibidos" como
mariscos o carne de res, que en muchos casos ya se ofrecían "fuera
de carta".
El trabajo por cuenta propia y las pequeñas empresas que resulten
del mismo estarán sujetos a un régimen tributario específico que
obligará a pagar impuestos sobre los ingresos personales, las
ventas, los servicios públicos y la contratación de trabajadores.
También se deberá tributar a la Seguridad Social.
En cuanto a los suministros, el vicepresidente cubano y titular
de Economía, Marino Murillo, reconoce en Granma que no se podrá
establecer, al menos en los próximos años, un mercado de
abastecimiento a estas actividades a precios mayoristas.
Lo que sí está analizando el Gobierno con el Banco Central de
Cuba es hacer viable la concesión de créditos bancarios para que las
actividades privadas puedan arrancar.
La ampliación del "cuentapropismo" es una de las medidas
anunciadas por el presidente Raúl Castro para "actualizar" el modelo
económico socialista de Cuba con el fin de hacer frente a la
profunda crisis económica que arrastra el país.
Lo que en la práctica es una apertura a la iniciativa privada
pretende además ser una alternativa a parte de los 500.000 empleados
estatales que serán despedidos en los próximos seis meses dentro del
proceso para reducir las infladas plantillas públicas del país.
La previsión es que unos 250.000 se incorporen al trabajo por
cuenta propia el próximo año.
En las calles de La Habana, los detalles del plan sobre el
"cuentapropismo" volvieron a reavivar los comentarios, debates y
dudas sobre cómo se llevará a cabo este proceso y sobre su eficacia.
En las mismas páginas de Granma, un lector llamaba hoy la
atención en la sección "Cartas a la dirección" sobre el hecho de que
todas las opciones que se están legalizando "existían ya desde antes
y la gran diferencia es que ahora contarán con un marco legal para
seguir actuando".
"Me resulta, empero, difícil de creer que este mercado podrá
-además de mantener a quienes ya se dedican a él- absorber un millón
y medio de trabajadores más", escribe este lector, quien se declara
partidario de la pequeña y mediana empresa privada como forma de
abrir un campo económico mucho más amplio.
En la céntrica calle San Rafael de La Habana, un joven
"cuentapropista" reparador de relojes expresó a Efe su temor de que
las nuevas medidas provoquen diferencias sociales aunque al mismo se
mostró dispuesto a ampliar su negocio si logra el dinero suficiente
para hacerlo.
Por su parte, el economista disidente Óscar Espinosa calificó de
positiva la flexibilización del trabajo por cuenta propia aunque
opina que todavía planean muchas incertidumbres.
En declaraciones a Efe, Espinosa consideró que la indefinición
del sistema de impuestos anunciado para este sector combinado con la
imposibilidad de crear un mercado de suministros con precios
mayoristas constituye uno de los principales obstáculos para este
proceso. EFE
sam/acb
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