Washington, 19 sep (EFE).- El pozo Macondo de la empresa BP se
declaró hoy extinguido oficialmente, tras cinco meses de un derrame
que vertió cinco millones de barriles de crudo al Golfo de México y
se convirtió en la peor catástrofe ecológica en Estados Unidos.
El pozo petrolero "está efectivamente muerto", indicó hoy en un
comunicado el comandante del servicio de Guardacostas, Thad Allen,
coordinador de la lucha contra el derrame.
Las pruebas de presión realizadas la pasada noche para comprobar
que el sellado es hermético y resiste han tenido éxito, explicó
Allen.
"Podemos declarar ya, de manera definitiva, que el pozo Macondo
ha dejado de constituir una amenaza para el Golfo de México", agregó
el comandante.
La Oficina de Regulación y Administración de la Energía Marina ha
confirmado que el sellado "ha tenido éxito, que el pozo ha quedado
cerrado de manera permanente con tapones de cemento y que las
pruebas de presión confirman que los tapones son sólidos", agregó el
comunicado.
Las últimas pruebas, comenzadas en la tarde del sábado,
concluyeron hoy a las 05.54 hora local (10.54 GMT), precisó el
comunicado.
"Aunque el pozo está extinguido, seguimos comprometidos con
nuestros denodados esfuerzos para limpiar cualquier mancha de
petróleo adicional que pueda quedar", explicó Allen, quien encabeza
el Mando Nacional de Incidentes.
Tras la declaración de Allen, el presidente de EE.UU., Barack
Obama, en un comunicado distribuido por la Casa Blanca, expresó su
satisfacción por el fin oficial del vertido y subrayó: "seguimos
comprometidos a hacer todo lo posible para garantizar que la costa
del Golfo se recupera por completo de este desastre".
"El camino no será fácil, pero seguiremos colaborando de cerca
con la gente del Golfo para recuperar su modo de vida y restablecer
el medio ambiente que les sustenta", declaró.
Aunque Macondo queda declarado oficialmente muerto hoy, se
cerrará tan sólo el primer capítulo del derrame de más de cuatro
millones de barriles de crudo al mar y cuya limpieza tardará aún
meses en completarse.
Las reclamaciones contra BP continúan amontonándose, hasta el
punto de que esta semana un juez de Nueva Orleans instó a los
demandantes a considerar acuerdos con la empresa fuera de los
tribunales para evitar los retrasos en el pago de compensaciones que
podría darse si se prolongaran los litigios.
Hasta el momento, BP ha asumido un coste de 32.000 millones de
dólares en compensación a los afectados por el vertido, y ha
dispuesto otros 20.000 millones en un fondo administrado
independientemente para hacer frente a las demandas.
El vertido comenzó después de que el 20 de abril la plataforma
"Deepwater Horizon", gestionada por BP, estallara por causas que aún
se desconocen, en un incidente que causó la muerte de once personas.
Dos días más tarde, la plataforma se precipitó al mar, sin que
los dispositivos dispuestos para bloquear el pozo de forma
automática entraran en funcionamiento.
BP consiguió cortar en julio el flujo de petróleo tras numerosos
intentos, gracias a la instalación de una campana de contención
sobre los restos del pozo. En total, el crudo manó de forma
ininterrumpida durante 87 días.
El Gobierno de EE.UU. insistió entonces en que la compañía debía
proceder adelante con la excavación del pozo auxiliar y el sellado
desde la base para poder declarar el pozo extinguido
definitivamente.
A comienzos de agosto, el Gobierno de EE.UU. anunció que ya se
habían limpiado, o habían desaparecido naturalmente, tres cuartas
partes de la mancha de petróleo.
La otra cuarta parte, según indicó entonces la Administración, se
estaba "desintegrando rápidamente".
Una de las grandes incógnitas es el daño causado al ecosistema y
a la economía de la región afectada, que tardará aún en poderse
evaluar.
El derrame, la peor catástrofe ecológica en la historia de
EE.UU., forzó la marcha del director ejecutivo de BP, Tony Hayward,
cuya salida se formalizará este octubre. EFE