Por Adela Suliman
LONDRES (Thomson Reuters Foundation) - Unos dos millones de personas están cruzarse medio mundo para comer, dormir y rezar unidos en la peregrinación islámica annual del Hajj en la Meca que arrancó el miércoles.
Para miles de millones de musulmanes que se lo pueden permitir física y económicamente, el Hajj es un acto de culto obligatorio. Sin embargo, esta celebración religiosa también tiene un fuerte impacto en el medio ambiente.
Los fieles preocupados por el medio ambiente dicen que esta peregrinación debería reducirse, mientras tratan de inspirar a otros musulmanes a adoptar un estilo de vida más ecológico.
"El Hajj consiste en vivir con poco y en centrarte en Dios", dijo la peregrina de 28 años Shanza Ali a la Thomson Reuters Foundation desde la Meca, en Arabia Saudí.
"Hacemos muchos viajes en nuestra vida, vamos a muchos sitios, pero este es el único que es físico, mental y espiritual", cuenta Ali, que es presidenta del grupo británico Muslim Climate Action (Acción Musulmana por el Clima).
Ali ha encontrado muchas similitudes entre el mensaje del Hajj de simplicidad y el tener conciencia ecológica, y ha intentado reducir sus propias emisiones de carbono y la basura que genera durante la peregrinación, que dura al menos seis días y que lleva a los fieles a varios lugares sagrados en Arabia Saudí.
El peregrinaje del Hajj, que es anterior al islam y que los musulmanes centran en la figura de Abraham, es la mayor reunión del mundo musulmán. [nL8N1LE4K7]
Para Husna Ahmad, autor de "La Guía Verde para el Hajj", los musulmanes deben, porque así lo exige su doctrina, cuidar de la tierra.
Abordar el cambio climático ya no es cuidar el planeta para las generaciones futuras debido a que sus efectos ya son visibles, dice.
La mayoría de los musulmanes viven fuera de Arabia Saudí y podrían influir de forma colectiva en que estos eventos sagrados se celebren de forma más ecológica, añade.
"La gente debe pensar en su poder como consumidor en lo que respecta a los vuelos, lo que se llevan, lo que llevan puesto, la basura que tiran, las botellas de plástico y todo ese tipo de cosas. Tenemos que ser conscientes de eso", dijo a la Thomson Reuters Foundation.
Los musulmanes necesitan alejarse de esta sociedad rápida, de usar y tirar, añade, siendo la peregrinación del Hajj un posible comienzo de ese camino.
CONTROLAR LOS ESFUERZOS ECOLÓGICOS
En los últimos años, Arabia Saudí ha dado pasos para hacer más ecológica la peregrinación del Hajj, como poner cuotas para los peregrinos y desarrollar el sistema de metro de la Meca para frenar la contaminación.
El Saudi Green Building Forum, un grupo no gubernamental con sede en Riad reconocido por las Naciones Unidas, ha recibido el encargo de auditar los esfuerzos ecológicos en Medina, la segunda ciudad sagrada del país, donde el profeta Mahoma está enterrado, y que es visitada por millones de peregrinos.
El secretario general del Forum, Faisal Alfadl, cuenta que su equipo medirá los certificados ecológicos de los sitios sagrados de la Meca y Medina, entre otros, frente a las pautas internacionales de uso de energía, gestión de desperdicios, agua, transporte y bienestar humano.
La gente se está dando cuenta de que es política y culturalmente incorrecto no respetar el medio ambiente, dice Alfadl.
"Hemos avanzado", apunta, señalando un cambio en el sentimiento del público, desde el del desierto de los beduinos al de los residentes urbanos, en la importancia de proteger el medio ambiente, centrados ahora en actuar más que en simplemente concienciar.
Volver a las prácticas tradicionales podría ayudar -por ejemplo, que los peregrinos compartan el agua bebiendo de una fuente comunal, algo común antes de que las botellas de agua se hicieran omnipresentes.
Puede que reciclar no sea lo primero en lo que piensan los peregrinos, pero los musulmanes tienen el deber de reconocer al creador de la naturaleza y de reflejar en sus enseñanzas a no herir a los animales, a no gastar agua o cortar árboles de forma innecesaria, dice Fatima Ragie de Green Deen South Africa, una red medioambiental musulmana.
Ragie, que hizo la peregrinación del Hajj en 2009, insta a hacer más esfuerzos una vez que termine el peregrinaje -por ejemplo, asegurarse de que no se tira comida a la vez que millones de animales son sacrificados.
Más mezquitas y líderes musulmanes deberían también hablar sobre cambio climático y el medio ambiente, opina.
TRASLADAR EL MENSAJE A CASA
Desde Bangladesh al norte de África, el cambio climático es una realidad para muchos musulmanes, que han visto cómo inundaciones y sequías han servido de combustible para la inestabilidad y el conflicto, dice Nana Firman, que participó el año pasado en las charlas de la ONU para la Global Muslim Climate Network.
"Mucha gente siente que no sabe qué hacer, por eso es muy importante que los involucremos", dice.
Indonesia -que reúne la mayor población musulmana del mundo, según el Centro de Investigaciones Pew- ha lanzado iniciativas, desde una aplicación móvil que muestra a los peregrinos cómo disfrutar de un Hajj respetuoso con el medio ambiente, compensar las emisiones de dióxido de carbono de los vuelos plantando árboles o cómo limitar el número de veces que cada persona realiza el peregrinaje, señala Firman.
También pide a los peregrinos del Hajj que "reflexionen y cambien sus vidas cuando vuelvan, y que se preocupen más por el medio ambiente".
Al tiempo que Ali se prepara para realizar esta difícil peregrinación en medio del calor del Golfo con su marido y su madre, el medio ambiente le ofrece un camino para acercarse a Dios.
"Creo que solo reflexionar sobre el hecho de que estás con otras personas, que verás a gente de todos los rincones del mundo... Eso te hace apreciar que estemos compartiendo la tierra juntos", dice.