Washington, 27 may (EFE).- Elizabeth Birnbaum, responsable del
Servicio de Gestión de Minerales (MMS), la agencia que supervisa las
exploraciones petrolíferas y de gas en EE.UU. dimitió hoy en medio
del peor desastre ecológico en el país a raíz del derrame en el
Golfo de México.
Birnbaum y su agencia han sido objeto de fuertes críticas a raíz
de la que el propio presidente de EE.UU., Barack Obama, describió
como una relación demasiado "estrecha" con la industria a la que se
supone tenía que supervisar.
Un informe publicado esta semana reveló que los inspectores que
debían garantizar la seguridad de las plataformas petrolíferas que
operan en el Golfo de México aceptaban invitaciones a comidas,
además de entradas a eventos deportivos y otros regalos de
representantes del sector.
Ken Salazar, secretario del Departamento del Interior, del que
forma parte el MMS, dijo hoy que Birnbaum dimitió por voluntad
propia.
Distintos medios de comunicación, entre ellos la cadena de
televisión CNN, informaron que a Birnbaum la habían "despedido".
El Servicio Geológico de EE.UU., una agencia científica del
Gobierno, dijo hoy que el derrame del Golfo de México es el peor en
la historia de EE.UU. y mayor que el provocado por el accidente del
petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, que vertió más de 40
millones de litros de crudo.
Según los cálculos del Servicio Geológico, el pozo abierto en el
Golfo de México ha escupido entre 71 y 147 millones de litros de
petróleo al mar.
La agencia calcula que han manado al mar entre 1,9 y 3,8 millones
de litros diarios desde el accidente del 20 de abril en la
plataforma operada por British Petroleum (BP), muy por encima de los
alrededor de 800.000 litros que estima la multinacional británica.
La empresa inició ayer una operación bautizada en inglés como
"top kill" para sellar el pozo mediante la inyección de un fluido
pesado, compuesto por una mezcla de agua, arcilla y químicos, a la
que se sumarán después capas de cemento.
El comandante de la Guardia Costera de EE.UU., Thad Allen, dijo
hoy que la complicada operación de sellado del pozo de British
Petroleum está funcionando y, de momento, se ha frenado la fuga de
crudo. EFE